‘Deadwind’ segunda temporada: Tomarse la justicia por su cuenta

[ Finlandia | 2020 | Yle TV2 | 12 caps de 45 min | NOTA: 7,25 ]

Cuando hablamos de Nordic noir imaginamos al instante ficciones muy oscuras y desgarradoras. Investigaciones criminales no aptas para los espectadores más sensibles. Pero dentro del género hay títulos que consiguen no incomodar en exceso. Thrillers policiales que pese a ser duros suavizan el plano psicológico de las tramas para conseguir un producto más comercial, apto para todos los amante del género, tengan o no un estómago a prueba de sustos. ‘Deadwind’ es uno de estos casos, una serie que sin llegar a ser desgarradora construye una trama policiaca muy potente con grandes personajes y una fotografía propia del género.

En su momento os hablé de la primera temporada de ‘Deadwind’ y ahora toca hablar de la segunda, una entrega que mantiene el nivel e incluso mejora en algunos aspectos. La segunda temporada maneja mucho mejor los momentos de tensión, construyendo escenas agobiantes y dilatándolas para dar más ritmo al guion. La química entre sus protagonistas está ya consolidada y explotan muy bien sus dinámicas sin que resten importancia al caso. Karppi y Nurmi son los protagonistas porque sin ellos no habría investigación, pero sus vidas no dejan de ser siempre historias secundarias.

Esto último es una de las cosas que más me gustan de ‘Deadwind’. Hemos visto demasiadas series criminales en las que las vidas de sus excéntricos protagonistas acaban siendo tan importantes como el caso. Esto funciona hasta que a los guionistas se le van de las manos las excentricidades y se ven forzados a presentarnos policías tan raros que no hay quien se los crea. Lo novedoso es encontrarnos con policías que pese a no tener nada de especial sean interesantes. Karppi y Nurmi lo consiguen.

[Spoilers a partir de aquí]

LA INEVITABLE CRÍTICA SOCIAL

La segunda temporada mantiene esa crítica social que tan presente estuvo en la primera. Ese túnel que unirá Helsinki (Finlandia) con Tallin (Estonia) que suscita muchas críticas de los ambientalistas y que pone en la palestra a la alcaldesa Sara Tulisvo por haber recibido sobornos. Da igual el final de esta trama, porque la corrupción política, por desgracia, es noticia cada día en el mundo. Políticos que se apuñalan entre ellos, como le ocurre a Tulisuo entre los de su propio partido, ese Movimiento Procambio que pese a su juventud internamente tiene las mismas luchas que cualquier partido longevo. Corrupción política y drogas, no podían faltar las drogas.

La trama de las drogas parece algo secundario, de relleno, hasta que llegamos al quinto capítulo y descubrimos que todas las muertes están relacionados con esa red y no con el dichoso túnel. Descubrimos que Jimi (la supuesta muerte que desencadena todo) ni siquiera estaba en el barco Meelika y que su padre adoptivo ni siquiera había identificado bien su cadáver. La serie se reinventa a mitad de temporada con un juego engañoso, es cierto, pero se lo compro porque toda la trama del túnel y la corrupción política está muy bien construida. Y aunque sean dos tramas independientes caminan muy de la mano.

RACIÓN DOBLE DE ACCIÓN Y TENSIÓN

Si algo define la segunda temporada de ‘Deadwind’ son las dosis de acción que le mete y que no vimos en la primera temporada. Me quedo con dos momentos, la persecución en el Ayuntamiento de la alcaldesa en plena noche, encerrándose en el servicio esperando a ser rescatada antes de ser asesinada. Una escena muy bien llevada que pone al espectador en vilo. O cuando Karppi y Nurmi se esconden en el suelo cuando son perseguidos por Mari Routa, la madre biológica de Jimmi. Son situaciones que consiguen que la serie de un salto adelante arriesgando y enganchando aún más al espectador.

Aunque si me tengo que quedar con una escena de la temporada me quedo con ese loco viaje en helicóptero. Sí, puede ser una escena innecesaria. Y sí, se emocionaron demasiado escribiéndolo. Pero me encantó que la serie fuera capaz de salirse tanto de su sitio para hacer algo que el espectador no se espera para nada en ese momento. Lanzarse a la piscina y además hacerlo bien. Para mi sin duda es mi escena favorita, que te deja con el mejor cliffhanger de toda la temporada.

JUEGO ENGAÑOSO

Una trama sobre asesinatos a jóvenes en cadena que primero parece ser fruto de la corrupción política, luego se le suma la venganza de una madre desesperada que ha perdido a su hijo, y finalmente una red de venta de drogas que están matando a camellos. La temporada es un juego engañoso todo el rato pero todas y cada una de las tramas tiene entidad propia y, cuando miramos hacia otro lado, el resto de tramas siguen adelante porque siguen teniendo algo que decir para el desenlace del caso. Una temporada muy bien construida que se atreve a ir más allá, a arriesgar más y a ser más cruda en determinados aspectos.

Empecé la segunda temporada por inercia, porque justo tenía tiempo y no sabía que ver, pero no lo hice muy entusiasmado, mi recuerdo de la primera se había borrado mucho. Pero ésta segunda entrega me va a costar más olvidarla, me ha gustado bastante más y seguro que si hay tercera temporada la empezaré a ver más ilusionado y entregado. La tenéis completa en Netflix.

Sobre Alfredo L. Zamora

Alfredo L. Zamora
Periodista madrileño devorador de series de televisión. Las ficciones británicas son mi debilidad. Creador de #CienMegas. Hago reviews semanales de #TheWalkingDead.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*

dos × cuatro =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.

Para más información o para saber cómo cambiar la configuración de su navegador puede ver nuestra Política de Cookies. ACEPTAR

Aviso de cookies