[ Noruega | 2017 | TV2 | 8 capítulos de 45 min | NOTA: 6,5 ]
El nordic noir es venerado en medio mundo. Su crudeza, su oscuridad, y su capacidad absorbente son ya marca internacional de un género que los países nórdicos han conquistado sin que nos diéramos apenas cuenta. Uno de los últimos éxitos ha sido ‘Zona Fronteriza’ (su título original es ‘Grenseland’, mundialmente bautizada como ‘Borderliner’), un thriller criminal que entretiene pero que no consigue ofrecer nada nuevo en un género que nos ha dado auténticas joyas. Reconozco que entretiene, he visto la temporada en un abrir y cerrar de ojos, pero la trama está continuamente deseando dar mucho más, profundizar más en el misterio, mancharse más las manos.
No es perfecta, pero maneja perfectamente los elementos clásicos del género. Mantiene la intriga en todo momento, con un ritmo perfecto, con una construcción de personajes fuerte, y una factura propia de las ficciones nórdicas. A ‘Zona Fronteriza’ sólo le falta una vuelta de tuerca al guión, no porque cometa fallos, sino para ser más atrrvido, para que sea capaz de que te muerdas las uñas viendo los capítulos. La temporada (con final abierto) son ocho capítulos. La trama está planteada en dos bloques de cuatro capítulos, aunque la historia sea la misma. La primera mitad es más oscura que la segunda.
‘Zona Fronteriza’ cuenta la historia de Nikolai Andreassen, un detective de policía que, con el objetivo de proteger a su familia, tratará de encubrir un caso de asesinato en la ciudad donde nació y en el que su hermano está implicado. Nikolai no trabaja en su ciudad natal, pero va allí para tomarse unos días de descanso mientras se resuelve la denuncia que ha puesto contra uno de sus compañeros por corrupción. La serie reflexiona sobre la mala conducta en la fuerza policial y la corrupción interna. Dos casos que empastarán muy bien y que acabarán cruzándose en un mismo camino.
Una historia en la que las localizaciones juegan un papel clave, con paisajes espectaculares y solitarios que dirigen la percepción del espectador. Casi toda la trama ocurre en la ciudad natal de Nikolai, con el gancho que da situar la trama en una localidad pequeña en medio de la naturaleza que encima es fronteriza con Suecia. Un asesinato que acabará destapando secretos que permanecían ocultos ante los ojos de vecinos que preferían no ver a meterse en jaleos.
La trama está defendida por un buen reparto. Hay personajes como el de Anniken (compañera de Nikolai en la investigación del crimen) que quedan desaprovechados. Si hubieran dado más control a la investigadora sobre el caso creo que la historia habría conseguido esa fuerza que se echa en falta a veces. ‘Zona Fronteriza’ es una persecución del gato al ratón, pero al gato (Anniken) le falta fiereza.
Pese a mis peros, estamos ante un thriller criminal que cualquier amante del género va a disfrutar. Está completa en el catálogo internacional de Netflix.