La televisión española peca de conformista, de descubrir fórmulas que funcionan y explotarlas hasta que se han agotado por completo. Series, programas, concursos e incluso pases de películas que apuestan siempre sobre seguro. Pero no siempre la televisión sigue la senda más transitada. ‘El Ministerio del Tiempo’ ha reinventado la forma de hacer series de televisión en España con una temática arriesgada, una puesta en escena sorprendente y con una estrategia de comunicación en redes sociales merecedora de estudio. Una serie que ha demostrado que otro tipo de televisión es posible en nuestro país y que todavía hay mucho talento por descubrir. Terminada…
Resumen de Reseña
Argumento y guión – 7.5
Fotografía, música y reparto – 7
BUENA
Resumen : La serie que ha conseguido borrar estigmas históricos de la ficción nacional y que ha lavado la imagen a la cadena pública.
La televisión española peca de conformista, de descubrir fórmulas que funcionan y explotarlas hasta que se han agotado por completo. Series, programas, concursos e incluso pases de películas que apuestan siempre sobre seguro. Pero no siempre la televisión sigue la senda más transitada.
‘El Ministerio del Tiempo’ ha reinventado la forma de hacer series de televisión en España con una temática arriesgada, una puesta en escena sorprendente y con una estrategia de comunicación en redes sociales merecedora de estudio. Una serie que ha demostrado que otro tipo de televisión es posible en nuestro país y que todavía hay mucho talento por descubrir.
Terminada ya la primera temporada y con el regocijo de tener la renovación confirmada, es momento de echar la vista atrás y analizar qué ha hecho de ‘El Ministerio del Tiempo’ la serie revelación de lo que llevamos de año y qué ha aportado a la ficción española.
BORRANDO ESTIGMAS DE LA FICCIÓN NACIONAL
Los funcionarios del tiempo han conseguido sentar ante la tele a esos “entendidos” que se enorgullecen de rechazar por norma las series nacionales. ‘El Ministerio del Tiempo’ ha conseguido hacer más pequeños los estigmas de la ficción española y meterse en el bolsillo a la crítica. Aquellos que lo último que vieron made in Spain fue ‘Crematorio’ ha vuelto aunque sea a sentarse en el sofá por un día para ver esa serie de la que todo el mundo habla.
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
Cada capítulo de ‘El Ministerio del Tiempo’ es una divertida clase de historia para toda la familia. Entretenimiento didáctico que no acaba en el capítulo. La página web de TVE ha ofrecido infografías y textos para que el espectador pueda profundizar en el contexto histórico y los personajes del capítulo. La cultura y el entretenimiento no están reñidos.
LAVADO DE IMAGEN DE TVE
En un momento en el que la cadena pública ha perdido gran parte de su audiencia y en el que su imagen cada vez está más deteriorada, ‘El Ministerio del Tiempo’ ha conseguido que la audiencia vuelva a pulsar el primer botón de su mando al menos una vez a la semana. Emisiones en directo y reproducciones en diferido en una cadena casi olvidada en cuanto a ficción se refiere.
EL PODER DE LOS EXTERIORES
Pese a que las series españolas suelen temer grabar en exteriores, ‘El Ministerio del Tiempo’ no sólo no los teme sino que además se deleita paseando a sus personajes por las calles de Madrid o Barcelona. Luz natural para envolver una historia que, cuando se mete en plató, consigue ser igual de efectiva.
LA IMPORTANCIA DEL REPARTO
En ‘El Ministerio del Tiempo’ no ha habido ni un solo actor que nos haya hecho llevarnos las manos a la cabeza por dar patadas al guión son sus nulas dotes interpretativas. Su excelente casting ha conseguido que hasta los secundarios sean actores de altura, sean o no rostros conocidos. Cameos como el de Jordi Hurtado deja claro la talla del casting y el ingenio de la serie.
EXPERIENCIA EXPANDIDA
Parte del alma de la serie sus redes sociales, que expanden la experiencia televisiva como nadie lo había hecho hasta ahora. De la serie se pueden discutir muchas cosas, pero la única en la que hay consenso universal es que tiene el mejor community manager del momento. Magnífico. La serie y su buena estrategia de comunicación han creado uno de los mayores fenómenos fandom de la ficción española.
QUIEN NO ARRIESGA NO GANA
Podemos ponernos tiquismiquis con la coherencia de los saltos temporales de la serie pero lo que no le quita nadie a ‘El Ministerio del Tiempo’ es que ha arriesgado en todos y cada uno de sus capítulos. Llevamos años reprochando a la ficción nacional que no se atreve a innovar. Todavía en 2015 tenemos ficciones tan prehistóricas y vergonzosas como ‘Aquí paz y después gloria’.
CAMBIO DEL PRIMETIME
La televisión pública ha dado el primer paso para adelantar el prime time y lo ha hecho con ‘El Ministerio del Tiempo’. Desde su tercer capítulo la serie arrancó sus emisiones a las diez de la noche (que acaban siendo las diez y cinco) acabando su emisión no más tarde de las once y cuarto. Los ministéricos nos hemos podido acostar a una hora decente. Lo «normal» era meterse en el catre mínimo a las doce y media de la noche viendo una serie nacional. Como si en este país nadie madrugara.
LA DURACIÓN NO ES UN PROBLEMA
Quizá una de las críticas más extendidas a las ficciones españolas es su duración, pese a que luego la misma audiencia que lo critica no tenga ninguna queja con series europeas de igual o superior duración que las nuestras. El problema no es la duración, sino en saber mantener la trama en alto todo el capítulo. Algo que ‘El Ministerio del Tiempo’ ha conseguido hacer de forma brillante con unos guiones muy rápidos, llenos de humor y que reinventan la trama constantemente.
EL ARTE DEL PROCEDIMENTAL
Muchas vedes usamos «procedimental» como algo negativo, pero ‘El Ministerio del Tiempo’ ha conseguido desmitificar el formato. Capaces de mantener una trama transversal y avanzar la vida personal de cada uno de los protagonistas en cada episodio, la serie ha sabido sacar el máximo partido a presentar un caso por capítulo. Empezar la semana preguntándote a qué época viajarán esa semana es un gustazo.