‘El Ministerio del Tiempo’ ha sido la serie española con más hype de los últimos tiempos y, lo que es más importante, después de su estreno la euforia social no se ha esfumado sino que ha crecido aún más. Y no es para menos, la nueva serie de Televisión Española es diferente, arriesgada, divertida, educativa, amable y sobre todo muy entretenida. Una ficción que encaja como anillo al dedo en la cadena pública y que es capaz de hacer un gran producto con ideas muy sencillas.

Una serie que despierta al niño aventurero que llevamos dentro y que lo hace con una historia de ciencia ficción muy madura y una factura impecable. Los funcionarios del tiempo han conseguido el gran reto de las ficciones españolas: sentar ante la tele a esos “entendidos” que se enorgullecen por rechazar por norma lo made in Spain. ‘El Ministerio del Tiempo’ ha conseguido hacer más pequeños los estigmas de la ficción española, un logro que no se paga con puntos de share.

La premisa es tan simple como ingeniosa. En el mundo existen unas puertas que permiten el paso hacia otras épocas pasadas, el viaje en el tiempo. Accesos que sólo unos pocos conocen y que se mantienen casi siempre vigiladas. Pese a ello se cuelan intrusos de vez en cuando, y para eso está el Ministerio del Tiempo, para detectar e impedir que nadie utilice la historia en su propio beneficio. Los protagonistas serán un soldado de 1569, una joven universitaria de 1880 y un enfermero de 2015, que serán reclutados como los nuevos funcionarios de este peculiar órgano gubernamental.

Una premisa fantástica que consigue ser creíble desde la primera escena gracias a una cuidadísima realización. ‘El Ministerio del Tiempo’ no teme grabar en exteriores, es más, se deleita paseando por las calles de Madrid. Luz natural para envolver localizaciones muy efectistas. Decorados nada amigos del cartón piedra y efectos especiales mejores que algunas series estadounidenses. Una ambientación que más hubiera querido ‘Alatriste’ y un vestuario muy acertado. Una forma perfectamente bien moldeada a la que se le suman dos elementos más: el guión y el reparto.

‘El Ministerio del Tiempo’ tiene un guión ingenioso, cómico y además cargado de guiños cinematográficos e incluso seriéfilos (‘La Constante’ de ‘Lost’). Un guión que consigue mantener el entretenimiento en alto en todo momento y que cuando acaba el piloto te quedes con ganas de más. Una aventura muy divertida defendida por un reparto en el que nadie rompe la fuerza (algo muy raro de encontrar). Tienen muy buena química y sobre todo saben dar credibilidad a la trama. Una serie muy pulida tanto en forma como en fondo que nada tiene que envidiar a lo que nos hicieron volar las historietas de los libros de Barco de Vapor.

El gran reto ahora es que, una vez pasada la novedad, los guiones sigan siendo tan inteligentes, que sean capaces de seguir haciendo crítica social con tanta comicidad y de seguir enseñando Historia de una forma tan didáctica. Sea cual sea el futuro de ‘El Ministerio del Tiempo’ en su nuevo día de emisión (lunes), la serie ha conseguido que nazca la ciencia ficción televisiva española y ha demostrado que la ficción nacional está preparada para dar un paso más hacia adelante.