[NOTA: 2]
Si el capítulo de esta semana de ‘The Walking Dead’ lo hubieran emitido en ‘Friends’ se habría titulado: «En el que no pasa absolutamente nada». Si le hubieran puesto ese título podríamos habernos ahorrado verlo. Habríamos sabido de antemano a la mierda a la que nos enfrentábamos. Pero no, le pusieron un sugerente ‘Diverged’ (1’x21) para que esperáramos que pasase algo. Y la realidad es que se han marcado el peor capítulo de la serie en años. Si ’Find Me’ (10×18) no tenía sentido como trama única de un episodio, este distanciamiento entre Carol y Daryl aún menos. Por lo menos en el primero contaron algo del pasado que no conocíamos, pero en el de esta semana no hay nada de nada.
En algún momento he pensado que la clave del episodio sería la dichosa sopa, que aprenderíamos una receta mágica para hacer caldos riquísimos con ingredientes del campo. Pero no, ‘Diverged’ no vale ni para eso. Para que la escurridiza rata y nuestro querido Perro hagan sombra en protagonismo a Carol y Daryl ya es decir. Qué necesidad de esto. Más cuando volvemos a enfrentarnos a una trama que intercalada con dos más potentes podría haber funcionado. Me parece interesante abordar los distanciamientos entre Carol y Daryl y cómo al final acaban siempre volviendo a caminar juntos. Pero contarlo como lo ha hecho ‘Diverged’ es un disparate.
Que sea una trama única de un episodio es el menor de los disparates. Porque puedes separarles al inicio y que durante el capítulo pasen cosas que apuntalen al punto final del episodio. Pero no. Hemos tenido a Daryl dando vuelvas por el campo sin hacer absolutamente nada. Bueno, sí ha hecho algo, arreglar la moto, algo tan poco interesante como ver Carol cocinar una sopa. No puedo entender que no tengan más ideas para dos personajes como ellos, a los que les van a dar una serie cuando acaba ‘The Walking Dead’ aunque parezca que ya no tienen ideas para ellos y que no les importa maltratar sus personajes.
De Daryl solo puedo decir que todas las escenas de acción que tiene están muy pilladas por los pelos. Podríamos no haber visto a Daryl solo en todo el episodio y habría sido lo mismo. La trama de Carol tiene un poquito de chicha tras el sinsentido de la sopa: mostrarnos esa fuerte sensación de soledad y de estar rota por dentro. Porque Carol cuando se come el mundo es cuando se mueve por venganza, pero en cuanto no tiene ningún objetivo claro se da cuenta de que se ha convertido en algo que detesta y se recrea en esa soledad más que justificada para ella. Carol no se rechaza a sí misma muchas veces. Necesita tener una obsesión para no pensar en nada. La sopa y la rata son su obsesión del capítulo.
Me gusta lo que quieren contar pero no cómo lo cuentan. Menudo aburrimiento. Solo salvaría el momento en el que Carol se lía a cuchillazos contra la pared para desahogar ese agobio personal que crece con su soledad. Esta escena es la que más cuenta de todo el episodio. La segunda su conversación al final con Jerry, donde ella reconoce sus fantasmas y su estado. Los dos únicos momentos buenos del episodio. Y si queremos ser bondadosos y sacar agua del desierto podríamos salvar la conversación de Carol con Daryl a su regreso, pero para de contar. El resto solo sirve para echarse una siesta a pierna suelta.
Con quien sí me he identificado en este episodio ha sido con Perro. El pobre está todo el rato sin entender qué está pasando. Como yo. No sabe por qué Daryl le ha dejado con Carol y se ha ido. Yo tampoco. Ni entiende qué hace esta señora con la dichosa sopa. Quién lo entiende. Por lo menos tiene a la rata para dar un poco de normalidad a lo que está ocurriendo. Porque que un perro persiga a una rata es algo universal, con zombis o sin zombis. Esperemos que la semana que viene mejore esto, porque qué mal.