[ UK | 2016- | ITV | 8 capítulos de 46-69 minutes | NOTA: 7,5 ]

El final de ‘Downton Abbey’ dejó a ITV con un gran vacío en su parrilla que no ha tardado en cubrir. ‘Victoria’ ha sido la afortunada. La nueva ficción histórica del canal británico ha sido capaz de cautivar a todos aquellos que reímos y lloramos durante años con los Crawley. Una nueva apuesta que, pese a ser menos profunda narrativamente que su predecesora, construye una trama con un encanto cautivador. Una ficción histórica de personajes, con una banda sonora sublime, una ambientación exquisita, un guión muy entretenido. Una serie muy bien realizada que en lo único que falla es en sus cromas, algo muy llamativo pero olvidable entre la pulcritud del resto. ‘Victoria’ es uno de los mejores estrenos de series británicas de 2016.

La serie cuenta la subida al trono de la Reina Victoria (1819-1901) a los 18 años, tras la muerte sin descendencia de su tío paterno Guillermo IV. Los ocho capítulos que componen la primera temporada abarca sus primeros años de reinado, incluyendo su enlace con su primo el Príncipe Alberto. Hija del Príncipe Eduardo, cuarto hijo del rey Jorge III, fue criada bajo la supervisión de su madre tras la muerte de los dos anteriores. Reino Unido era ya en aquella época una monarquía constitucional establecida, en la que el soberano tenía relativamente pocos poderes políticos. Pese a ello, Victoria intentó influir en el gobierno, convirtiéndose en un icono nacional que encarnaba el modelo de valores férreos típicos de la época.

Serie que, pese a su escrupulosidad histórica, no enreda de forma gratuita al espectador con referencias monárquicas irrecordables, lo único que de verdad importa en la serie es la figura de Victoria, no que el espectador acabe conociendo al dedillo toda la historia británica de la época. Uno de los grandes éxitos de la serie es la brillante construcción de su personaje protagonista. Victoria es interesante desde el minuto uno, con su debate interno entre la inmadurez propia de su edad y su aún incompleto sentido del deber. Magnífica Jenna Coleman en su papel.

Un personaje infantil pero con mucho carácter, cuyo desconocimiento del mundo de la realeza le dará numerosos quebraderos de cabeza. Victoria conoce junto al espectador cómo funciona el entramado político, y sobre todo lo encorsetada que puede estar concebida la vida monárquica. Es un pájaro libre al que muchas veces le parecerá Buckingham Palace una jaula que la oprime. Un personaje que quiere volar pero que también quiere ser la mejor monarca. Dos ingredientes difíciles de mezclar.

Pero ‘Victoria’ no sería tan adictiva si no fuera porque su protagonista está acompañada de un amplio abanico de secundarios tan bien construidos como ella. Personajes entidad propia, con mucho que contar, pero que en última instancia se deben a su protagonista. La gran mayoría de ellos dan la mano a Victoria para echarla del trono. Otros sólo quieren llenarse los bolsillos, sea quien sea el que reine. Y los muy pocos son fieles servidores de Victoria.

Personajes que defienden un guión que, pese a no contar con demasiadas capas, consigue hacer muchas virguerías. Al igual que en ‘Downton Abbey’, ‘Victoria’ refleja la vida de los empleados de la corte a través de varios personajes. Es la línea narrativa más débil, pero no por ello es prescindible. A todo esto se le suma una ambientación como sólo los británicos saben hacer, y una banda sonora que es capaz de emocionarnos en una intro de serie de apenas 35 segundos.

‘Victoria’ es apuesta segura para todo seriéfilo, y una apuesta obligada para todos los amantes de las ficciones británicas (y más de las históricas). Una ficción que hace algo más que entretener. Una ficción que engancha con elementos muy básicos. Una ficción tan segura de sí misma que hace brillar incluso a los giros previsibles. Repito: ‘Victoria’ es uno de los mejores estrenos de series británicas de 2016. Larga vida a Victoria.