[NOTA: 6]

La primera gran grieta en la Mancomunidad no ha sido Tyler, realmente ha sido Stephanie y su farsa para conseguir nuevos miembros para esta sociedad. ‘Individuos rebeldes’ (11×11) ha sido poco The Walking Dead, ha sido puro thriller de investigación sin supervivencia, pero ha funcionado perfectamente. Un episodio que te lleva solo y que prende aún más esa mecha que promete saltar por los aires esta comunidad. Eugene descubriendo la verdad sobre Stephanie (¿deberíamos ya llamarla Shira?) y Connie señalando a Mercer lo que no está viendo tras el caso de Tyler Davis. Lance moviendo los hilos para que la gente produzca y no se salga del camino marcado. Si lo hacen, si se salen de la senda, son eliminados de una comunidad que quiere seguir siendo perfecta de cara a la galería.

Reconozco que se me hace bastante raro que en The Walking Dead tengamos un periódico y que Connie sea reportera y vaya de un lado a otro con su libreta entrevistando. Pero hay que aceptar que lo que nos queda de serie va a ser menos apocalíptico de lo normal. En cualquier caso la historia funciona, Connie investiga en la buena dirección y pulsa donde tiene que pulsar. Investigando sobre lo ocurrido en el capítulo anterior con Tyler, llegan a Merecer sembrándole la sospecha. Él está convencido que la historia planteada es real y que Tyler sufre estrés postraumático y que por eso ha sido encerrado.

Connie le sembrará la sospecha y Mercer irá a ver cómo está Tyler, descubriendo que lo han trasladado sin su permiso. Esto no sólo le hace ver que Lance y compañía actúan en la sombra, sino también que su poder es relativo y que sus órdenes son revocadas sin siquiera avisarle. La frase de Connie de «No confío en el mundo militar ni en sus médicos» resuena con mucha fuerza en la mente de Mercer al final del episodio.

A Tyler se lo han quitado de en medio y, según la lista que recibe Connie al final, no ha sido el único. Tyler es el último nombre de una larga lista de personas que han desaparecido tras haber causado algún incidente. Connie lo tiene claro, los militares están siendo manipulados por los políticos, y Mercer empieza a darse cuenta de que es real. De todos los nuevos personajes Mercer es sin duda mi favorito, tiene todas las papeletas para acabar siendo uno de los nuestros y regalarnos momentos muy heroicos. Es la persona que más posibilidades tiene de hacer explotar la Mancomunidad desde dentro.

LA VERDAD DE STEPHANIE

Stephanie realmente es Shira y todo lo que vivió con Eugene (las conexiones por radio, su encuentro, su historia de amor…) ha sido una treta para traerles hasta la Mancomunidad. La verdad sale a la luz después de que Stephanie desaparezca (después de que él le diga ‘Te quiero’ y le de una copia de las llaves de su casa) y Eugene se ponga a investigar qué ha pasado. Lance está detrás de todo, es quien mueve todos los hilos. La versión oficial es que ella se ha largado y que Roman Calhoun (el misterioso hombre al que ve salir Eugene del bloque de apartamentos en el que vive Stephanie) es un fontanero y nada tiene que ver con la desaparición.

Eugene, con la ayuda de Princesa, descubre que Roman guarda en su habitación un kit de munciones de alta velocidad y que de fontanero no tiene nada. La misteriosa nave que es base de la empresa de fontanería tiene mucho movimiento por la noche y hasta cuatro personas salen solos y vuelven siempre acompañados. Finalmente Eugene entra en el edificio y se encuentra con Lance que le cuenta toda la verdad. Stephanie era el cebo para que vinieran. Y Lance duda de que realmente él sea el malo. «Solo os hemos pedido ser miembros productivos de una sociedad». Terminamos el episodio con Eugene viendo a Shira (a partir de ahora la llamaré así) sin dejarnos claro si es un reencuentro real o si es una alucinación.

CAROL DE EXCURSIÓN

La excursión de Carol con Lance ha sido lo que menos me ha gustado del episodio, poco interesante. Descubrimos que la Mancomunidad son contrabandistas y que tienen un acuerdo con un grupo de supervivientes que, a cambio de dinero, les dan opio que hacen con amapolas. Esencial para el abastecimiento de los hospitales. El líder de los fabricadores de opio es Moto y descubrimos gracias a Carol que es un opresor que aunque consiga más dinero de Lance a sus empleados nunca les llega nada. Curiosamente cuando Lance se entera toma medidas contra Moto, que es algo que no me esperaba de un villano como es él. Están jugando mucho con nuestra percepción de ese personaje.

De camino a ver a Moto, mantienen Carol y Lance una conversación curiosa sobre la Mancomunidad. Él le recrimina que ella siga diferenciando entre unos y otros, porque según él son todos un mismo equipo desde que viven juntos. Sobre las clases sociales Lance reconoce que no empezó en la cima y que «si estas con las personas adecuadas puedes llegar donde quieras». Que existen dos grupos de personas, los mercenarios que actúan por dinero y los patriotas que creen en la comunidad. Lo bueno son los últimos y Carol debería ser una patriota convencida.

Aún nos queda mucho por descubrir de la Mancomunidad y de sus líderes, porque aunque vayamos conociendo a Lance aún poco sabemos de Pamela. Aunque haya ido bajando la fuerza de los episodios en esta segunda mitad de temporada compro todo, es normal que en este cambio tan radical en las dinámicas de la serie se requiera construir bien las bases. Y sin volvernos locos están haciendo episodios entretenidos e intrigantes. Progresa adecuadamente.