‘The Walking Dead’ pisa el freno esta semana para presentar a los habitantes de Alexandria, una parada en el camino necesaria que, aunque rebaje la fuerza de la historia, mantiene la unidad narrativa que tanto está caracterizando a esta segunda mitad de temporada. ‘Remember’ (5×12) ha sido un oasis en el desierto para Rick y los suyos, una puerta hacia el pasado donde han recuperado muchas de las cosas dejaron atrás tras la invasión zombi. El calor de una ducha, el frescor de un afeitado, la limpieza de un cepillado de dientes o la seguridad de un hogar perfecto, son alguna de las cosas que recuperan en Alexandria. La materialización del holograma que lleva persiguiendo Michonne sin descanso desde hace tres capítulos. Un lugar en el que vivir y no en el que sobrevivir.
Un holograma que esconde algo. Esas entrevistas grabadas, esas excursiones al bosque y ese cuento idílico del pueblo sostenible son sólo la fachada de algo que estamos a punto de descubrir. Rick deja claro al final del capítulo que en este caso la clave no está en que sean más o menos buenos, sino en si una vida en esas condiciones les va a convertir en presas en vez de en cazadores. Y es que la esencia del capítulo esta vez ha recaído en Carl y su gran frase: “Son débiles y no quiero que nosotros también lo seamos”. Una reflexión que tiene tanto de obvia como de inteligente.
Puede parecer un sueño lo que han encontrado en Alexandria pero al fin y al cabo no deja de ser un parque de atracciones en medio de un mundo en el que la vida como era antes es imposible. Por muy apetitoso que sea el plato la amenaza del mundo zombi no ha desaparecido y no pueden olvidarlo (por mucho que cueste dar la razón a Carl). Si hay algo por lo que Rick y compañía son los protagonistas de esta serie es por su capacidad de supervivencia en comunidad y por haber sido capaces de dejar de ser presas para ser cazadores. Perder eso supondría el fin del grupo antes o después.
Genial reflexión cuando Deanna les va a visitar y están todos durmiendo en el salón. Es como el oso de zoológico que cuando su dueño se deja la puerta abierta asoma la cabeza por la ventana y vuelve a su cagada esquina temeroso del mundo exterior. Rick y los suyos son conscientes de que la paz de ese pueblo no es la realidad del mundo y que no se deben fiar ni de las bombillas de sus nuevas habitaciones. Pero pese a que Rick haya vuelto a ser un sheriff afeitado y con uniforme deja claro al final del capítulo que las reglas de la supervivencia siguen siendo las mismas que hasta ahora y que si algo se tuerce, sea lo que sea, tendrán que tomar el sitio para controlarlo ellos.
Por ahora tenemos a Deanna, la líder de Alexandria cuyo mayor problema en la vida parece ser haber tenido un hijo engreído y chulo. Y a Jesse, la afable mujer que su bondad es tal que corta el pelo a desconocidos pero cuya inexpresividad denota su falsedad. Se repite el giro narrativo de Terminus con una diferencia clave: esta vez Rick está dispuesto a hacerse con Alexandria a la mínima de cambio, aunque en la conquista muera gente inocente.
‘Remember’ ha sido un capítulo de presentación, una parada en el camino, un sueño idílico en una noche de pesadillas, un soplo de aire fresco en un mundo contaminado. Ahora toca descubrir qué se esconde tras Alexandria e intentar que la paz que se respira no acabe con lo que ha hecho que Rick y los suyos sigan vivos en un mundo donde el único destino posible es la muerte.