Después de una season premiere frenética, ‘The Walking Dead’ reduce la marcha en el segundo capítulo de la quinta temporada (‘Strangers’) con un episodio de transición necesario para que los personajes se recoloquen físicamente y sobre todo afectivamente. Una inyección de fuerza para unos personajes agotados anímicamente que, según nos deja ver el cliffhanger final, van a tener que ver la supervivencia de otro modo a partir de ahora. Las reglas cambian radicalmente por primera vez en la serie y el hombre (caníbal) es ahora la mayor amenaza de un grupo que aún cree en el respeto de la vida ajena. Desde ahora Rick y los suyos son la presa de un depredador al que han sacado de su casa a patadas.

‘Strangers’ nos presenta a un nuevo personaje supuestamente cargado de secretos, en el pasado inconfesable de Carol y en la decisión del grupo de qué rumbo tomar, aunque realmente cuando se gana la atención del público es en los cuatro últimos minutos. La semana pasada no dejaron a Rick volver a Terminus para acabar con los que pudieran quedar con vida. Si le hubieran dejado ahora Gareth no les estaría sigue los pasos dispuesto a hacer un rico caldo con tropezones de Rick. Hay caníbales en ‘The Walking Dead’ y van tras nuestros protagonistas.

Al fin descubrimos la razón por la que los actores llevan diciendo desde hace meses que la quinta temporada será la más dura de todas. Un nuevo tablero de juego completamente nuevo en ‘The Walking Dead’ que pueda dar mucho juego. Un tema delicado que según los actores va a dejar a la audiencia sin palabras. Por ahora la expectación está servida. La escena con la pierna de Bob a la parrilla es una declaración de intenciones de lo directos que quieren ser con este tema. Veremos en lo que queda. Por ahora el canibalismo en ‘The Walking Dead’ va como aniño al dedo.

Sabíamos que el grupo iba a tener destinos separados esta temporada pero no preveíamos que las separaciones iban a empezar de una forma tan forzada como lo han hecho con Carol y Daryl. Las probabilidades de que que se topen con el coche de los raptores de Beth en un sitio en el que ninguno de los dos debería estar son inexistentes. Habría sido más creíble que escucharan voces, se acercaran entre la maleza, vieran subirse al coche a Beth amordazada y decidieran seguirlos por la carretera.

Carol estaba en el coche dispuesta a abandonar otra vez el grupo, esta vez por decisión propia. Sus secretos le pesan demasiado como para confesarlos, no se cree merecedora de perdón, ni siquiera después de las palabras de Rick pidiéndole permiso para que el grupo se uniera a ella. Es curioso cómo es el personaje más seguro de sus actos pero por contra el más inseguro cuando sus actos son valorados desde fuera.

Esta vez Carol emprende la aventura con Daryl, lo que hace pensar que se metan en terrenos amorosos para que den rienda suelta a su pasión o para que Daryl salga del armario con su «mejor amiga» (Robert Kirman reconoció este verano que estaban barajando la posibilidad de que fuera gay). Gay o hetero soy partidario de que ‘The Walking Dead’ no cuenta ninguna historia de amor de Daryl, al igual que tampoco la necesito de Michonne.

‘Strangers’ también pone rumbo al grupo de Rick. Tras la perorata de Abraham deciden poner rumbo a Washington, la ciudad en la que según Eugene hay infraestructuras ideadas para resistir pandemias de gran magnitud. Un camino más que atractivo que esperemos no se convierta en la ruta de toda una temporada porque ya hay ganas de dejar elverde y volver a meternos en calles con altos edificios abandonados.

La quinta temporada de ‘The Walking Dead’ ha comenzado con muy buen pie. El grupo se empieza a dividir, existe la amenaza de un grupo de caníbales y al fondo del camino se promete una gran ciudad. Ahora sólo falta que el canibalismo no se quede en escenas vacías de gente comiendo filetes supuestamente humanos y que el camino a Washington no sea un viaje sin fin como fue el de Terminus.