‘The Walking Dead’ ha despedido con ‘A’ (4×16) la que ha sido una de sus peores temporadas junto con la segunda (aún muchos tenemos pesadillas con la granja). Echamos la vista atrás y podemos contar con los dedos de una mano lo que ha pasado esta temporada: muere Hershel y el Gobernador, Carol mata a Lizzie y el grupo llega a Terminus. Una temporada en la que los capítulos de relleno empezaron a ser muy descarados con la vuelta de Philip y que terminado siendo insostenible en esta segunda mitad (el capítulo de Daryl y Beth es un insulto a la inteligencia). Una temporada que ni siquiera ha sido capaz de despedirse con una season finale redonda como nos tiene acostumbrados ‘The Walking Dead’.
‘A’ nos ha dejado grandes escenas pero también nos deja momentos desternillantes como el supuesto cliffhanger en el que Rick nos deleita con un «Se van a sentir bastante estúpidos cuando se den cuenta que se están metiendo con la gente equivocada» como si nos fuera a quitar el sueño de aquí a septiembre. O esos flashbacks que lo único que han hecho ha sido rellenar un capítulo cuya narración no necesitaba echar la vista atrás para que la audiencia entendiera la evolución de Rick y cómo ésto va a afectar a Carl. ‘The Walking Dead’ falla en lo único que hasta ahora era experta: hacer season finales ante las que todo el mundo se quitaba el sombrero.
Voy a comentar el capítulo dejando de lado todos los flashbacks (no valen para nada) y también el supuesto cliffhanger (el peor desde el comienzo de la serie). Porque pese a que ha sido una season finale muy floja ha superado con creces la media de la temporada. Grandes frases como Rick diciendo a Daryl «Eres mi hermano» o Carl sollozando «Soy otro monstruo». Un episodio que ha sacado el lado más humano de Rick, Daryl, Michonne y Carl y que ha querido dejar claro que todos tienen un lado oscuro (el Dark Passenger de Dexter) y que el mayor reto de sobrevivir en este mundo apocalíptico es lidiar con esa dualidad interna.
Los guionistas cada vez tienen menos reparos en rebasar límites y esta semana lo han vuelto a hacer. Espectacular el momento en el que Joe y los suyos (el mismo grupo que se encontró Rick en el 4×11 y al que se unión Daryl en el 4×13) atacan a Rick y cómo se desenvuelve la situación. no sólo se atreven a que uno de ellos intente violar a Carl sino que abren la caja de Pandora haciendo que Rick mate a Joe a mordisco limpio. ‘A’ hace que vuelva el Rick dictador de la tercera temporada y que lo haga, según prometen con ese ridículo cliffhanger, aún más sádico que nunca.
Terminus ha sido la carta que nos enseñaron hace tiempo pero que han decidido guardarla para la próxima temporada. Si lo pensamos bien, de las cuatro cosas que han pasado esta temporada la mitad no le correspondían a ella: la muerte de Philip (cierre de la tercera temproada) y la llegada a Terminus (presentación de la quinta temporada).
‘The Walking Dead’ debería adoptar un ritmo más parecido al de los cómics, en el que no paran de pasar cosas y no por ello deja de lado el lado psicológico de sus personajes. Pero claro, el presupuesto de la serie impide que esto pase. Construir una cárcel para usarla durante temporada y media, eso es económico. Construir una granja y usarla durante una temporada, eso es aún más económico. O grabar sobre una vía de tren, eso sí que no hace daño al bolsillo.
‘The Walking Dead’ hasta nuevo aviso (que será el próximo mes de octubre) con la que será su quinta temporada. Una serie que cada día es más un fenómeno social y que sus audiencias dejan anonadado cada semana. Una serie que cada vez más pide ritmo en sus narraciones y tramas compactas que no tengan que sostenerse con capítulos de relleno ni reflexiones que llevamos viendo desde la primera temporada. Nos leemos en octubre.