Tras poco más de dos meses de parón, ‘The Walking Dead’ ha vuelto con la segunda mitad de la cuarta temporada dispuesta a cambiar completamente las reglas del juego. ‘After’ ha dado el pistoletazo de salida a una nueva etapa en la que la supervivencia vuelve a ser el único fin. Un capítulo muy psicológico que se sitúa entre los mejores desde el comienzo de la serie. Un episodio que pese a las incompletas interpretaciones de Chandler Riggs se mantiene en alto de principio a fin. Un capítulo con muy poco diálogo centrado en tres personajes que recupera la ilusión de hasta el más escéptico.

Carl ha sido el gran protagonista de ‘After’. La separación de los grupos y el estado lamentable de Rick dan el último empujón para que Carl saque su lado más despiadado. Ya no le preocupa la vida de su padre, quizá ni siquiera la suya. Tras tanto tiempo sintiéndose reprimido por sus padres y el resto del grupo, lo único que quiere es no acatar órdenes nunca más y sentir que él tiene el control. Problemas de autoestima derivados de una familia rota y de crecer en un mundo en el que el miedo es un sentimiento tan común como el del hambre.

Pero el problema de Carl no reside tanto en ese pequeño dictador que lleva dentro sino a su inmadurez. Ha recibido muchas lecciones de supervivencia pero todavía es un crío para permitirse el lujo de decirle a su padre que ya no le necesita. En ‘After’ Carl da sus primeros pasos de adulto en el mundo y lo único que logra es encadenar tropiezos de un adulto incompleto. Se aventura en su propio videojuego mental del que no es capaz de pasar ni la primera pantalla.

El Carl despiadado llegará pronto, pero aún tiene muchas cosas que aprender del mundo en el que vie. No es lo mismo saber la teoría que ponerlo en práctica. ‘After’ le enseña que vivir en un mundo zombi no es un videojuego en el que paras la acción cuando quieres. Aquí la línea entre la vida y la muerte es mínima y no se debe jugar con ella.

Una trama muy psicológica que nos deja grandes momentos como el de Carl gritando a Rick mientras éste duerme, el momento de paz de Carl comiéndose el bote de pudin en el tejado de la casa o cuando solloza sobre la cara de su padre que tiene miedo. Se acabó por ahora el juego de críos de «I win», pero cuidado porque la próxima vez que Carl se sume a la partida lo hará con la mano ganadora.

Por cierto, es la primera vez que a Chandler Riggs tiene el protagonismo en la serie. La primera vez desde que acabar la primera temporada que no intentan disimular lo que ha crecido la criatura. Un capítulo en el que descubrimos que había un personaje al que veíamos en cada capítulo pero al que no conocíamos casi físicamente.

La otra protagonista del capítulo ha sido Michonne, que ‘After’ le ha dado las mejores escenas de su personaje desde que apareció en la serie. Descubrimos que Michonne tuvo pareja y un hijo que atrás quedaron en este mundo zombi. Una narración dolorosa que mete al espectador en la pena de haber perdido todo en su vida, primero los suyos y ahora esa nueva familia adoptiva en la que se habían convertido Rik y los suyos. Rabia y pena que explotan con una escena espectacular de ella mirando por la ventana entre sollozos a Rick y Carl.

‘After’ ha sido un capítulo cuidadísimo que se ha preocupado incluso de hacer un último guiño a Harshel mostrándonos su cabeza convertida en zombi. Un episodio redondo que pone sobre la mesa un las primeras piezas de un nuevo tablero. La próxima semana conoceremos el destino de más pesonajes y podremos empezar a teorizar si habrá reencuentro. Tras Rick, Carl y Michonne la siguiente gran carta que la audiencia espera es ver qué ha sido de Daryl. Esperemos con paciencia.