A una casilla de la mid-season finale y nada ha roto las previsiones de la semana pasada. ‘Dead Weight’ ha sido otro capítulo para el Gobernador en el que han jugado con la lucha entre su lado bueno y su lado malo. Otro capítulo sin fundamento que da vueltas sobre un personaje que ha venido a romper la temporada jugando un papel sin sentido: si Pihilip fuera bueno no tendría papel alguno esta temporada. ¿Realmente hace falta perder dos capítulos jugando con en este absurdo? Para los guionistas de ‘The Walking Dead’ sí hace falta porque es su excusa perfecta para alargar aún más la trama de la cárcel (que ya ocupó toda la segunda temporada) y no introducir nuevos personajes principales ni historias.

‘Dead Weight’ es ligeramente mejor que el capítulo de la semana pasada por una única razón: hemos visto zombis como no los habíamos visto hasta ahora. El resto es el mismo somnífero que nos dieron en el capítulo anterior. Muy buena la escena de los zombis atrapados en el barro, igual que lo es la escena del zombi atrapado en el agua. Pero recordemos que los zombis en ‘The Walking Dead’ son sólo el atrezo, si no hay historia transversal de nada vale ver escenas repugnantes como la de alguien quedándose con los trozos de la pierna de un zombi mientras intenta salvar la vida de una niña.

Un capítulo que vuelve a demostrar una semana más lo conformistas que son los guionistas de ‘The Walking Dead’ y lo feliz que está AMC de que les hagan caso desvirtuando una historia sólo mirando los números de audiencias. Este capítulo por no tener no ha tenido ni cliffhanger, recordemos que el que nos venden como cliffhanger es exactamente el mismo del 4×05 sólo que con imágenes subjetivas del Gobernador que nada aportan a la que supuestamente se va a liar en la mid-sesason finale.

Mucho más rentable nos habría salido a la audiencia si AMC se hubiera ahorrado estos dos capítulos. Si hubieran puesto un mensaje al final del 4×05 diciendo «el Gobernador ahora tiene un lado bueno pero no por ello ha dejado de ser un cabrón» no habríamos tirado a la basura 86 minutos de nuestras vidas. Pero bueno, miremos adelante que ya nos la han colado y poco más podemos hacer.

La cárcel ha caído y el nuevo grupo del Gobernador intentará conquistarla. Rick tiene que decirle a Daryl qué ha pasado con Carol. Michonne y el Gobernador tienen que saldar sus cuentas. Hay que descubrir qué pasó con Carol. La gripe aún puede hacer de las suyas. Demasiadas cosas en el tintero que no se resolverán en el próximo capítulo, aún tienen que durar muchas de ellas hasta el final de la temporada.

Por cierto, como poco curioso que Rick y los suyos no se encuentran a casi ningún humano en sus expediciones y que el Gobernador en sus paseos no haga más que encontrarse con campamentos. Muy emotivo el momento de Lilly consolando a Philip acariciándole el rostro sin el parche puesto. Pero que vaya preparándose porque tiene todas las papeletas de acabar con Andrea, que convirtió su furor uterino en amor para perder la vida por culpa de su romanticismo (y de sus pocos dedos de frente, que también intervinieron).

Esta semana no tenemos tema musical para despedir la crítica, así que os dejo con el adelanto del próximo capítulo. El capítulo del domingo cierra el primer bloque de la temporada que se despedirá hasta 2014 en que se emitan los ocho restantes. Por cierto, se rumorea que Meghan (la niña de la historia del Gobernador) se parece demasiado a la niña que mata Rick convertida en zombi alcomienzo del episodio piloto de la serie. Por teorías que no sea.