Con el quinto capítulo ‘The Walking Dead’ pasa el ecuador de la primera parte de su cuarta temporada. Un episodio que ha supuesto marcado el punto de no retorno de la vida en la cárcel: el virus está desatado, los zombis han derribado las vallas de protección y el temido Gobernador observa desde la distancia. Sólo quedan tres capítulos para la mid-season finale y es hora de sacar toda la artillería argumental que no se han atrevido a sacar hasta ahora. Llevamos cinco capítulos con muchos zombis, con mucha sangre, con muchas localizaciones, pero en los que realmente poco ha avanzado la historia. Desde que empezó la temporada sólo hemos tenido un virus mortal y la marcha de Carol, al resto poco le queda para caer en el olvido.
Cinco capítulos que, pese a que les reproche su cobardía avanzando las tramas, han sabido mantener muy buenas dosis de entretenimiento, combinando zombis y reflexiones morales casi a partes iguales. En ‘The Walking Dead’ son conscientes de que tienen dos públicos muy distintos que buscan cosas diferentes en la serie y esta temporada se han puesto por objetivo contentarlos a todos. Algo que están haciendo muy bien pese a que lo estén haciendo por la vía fácil. Todavía no nos han dado ninguna escena para imprimir en el recuerdo, pero aún quedan once capítulos para que se acabe la temporada y muchos cartuchos que gastar.
El protagonista casi exclusivo de ‘Internment’ (4×05) ha sido Hershel, que se ha convertido en un héroe luchando entre rejas contra la muerte. El reclutamiento que a priori era una gran idea se ha convertido en un hervidero de virus y el nido perfecto para el nacimiento de zombis. Pese a que la casualidad haya sido excesiva convirtiéndose todos a la vez, la invasión no tiene desperdicio. Sobre todo porque no se ha limitado a recrearse en la sangre y en las vísceras, sino porque durante el ataque sus personajes han tenido que tomar multitud de decisiones claves para el futuro.
Hershel ha dejado de lado sus principios morales para intentar controlar la amenaza zombi. El afable granjero se mancha las manos de sangre respetando al máximo el derecho a la vida de sus compañeros. A estas alturas de la serie los personajes ya están preparados para cualquier cosa. Es uno de los mensajes que esta temporada nos están queriendo transmitir desde que en el primer capítulo veíamos cómo Beth ponía a cero la cuenta de “días sin incidentes” tras perder a su chico. Los personajes se han acostumbrado a al mundo zombi igual que lo hemos hecho los espectadores.
Quitarle la vida a alguien que está a punto de convertirse en zombi es pura lucha de supervivencia, ya no hay debate moral que valga. Las reglas del juego han cambiado y esta nueva forma de actuar marcará el futuro de ‘The Walking Dead’. Ahora nos queda la duda de si se atreverán a considerar la cárcel como caída o aún se van a aferrar los guionistas a no dejar la localización para ahorrarse exteriores. La trama pide a gritos que abandonen ya la prisión en la que llevamos ya casi temporada y media. Es momento de que el grupo se divida y que las celdas queden muy atrás.
La división del grupo parece inminente con el esperado momento en el que Rick le diga a Daryl que dejó a Carol en la infinidad del bosque. Como viene siendo habitual esta temporada, los guionistas sólo gastan un cartucho por temporada, y éste se lo han guardado para el próximo. La aparición del Gobernador se supone que es uno de los momentos más esperados de la temporada aunque por lo único que a mí me ilusiona es porque le va a dar a Michonne más acción y minutos en pantalla. Por lo demás firmaría por que al final del próximo capítulo Michonne acabara con él. Un personaje que quedó agotado en la pasada temporada y que pase lo que pase estarán tirando más y más de un chicle ya demasiado mascado y sin sabor.
‘Internment’ ha sido un capítulo de transición en el que todo lo que habían construido en la cárcel se desmorona y en el que se ponen las fichas para que la jerarquía establecida se rompa en seco por un enfrentamiento entre Rick y Daryl. Un capítulo que empieza muy bajo pero que acaba en todo lo alto tras habernos manchado las gafas de sangre. Una semana más vuelven a meter un tema musical en el episodio. Son poco amigos de usar canciones en ‘The Walking Dead’, pero cuando lo hacen el resultado es muy efectivo. Hasta la semana que viene os dejo con el tema de esta semana: Ben Howard, Oats In The Water.