[ Suiza | 2018 | RTS | 4 capítulos de 50-80 min | NOTA: 7,25 ]
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‘Shock Waves’ (‘Ondes de choc’) es una miniserie incómoda, impactante, capaz de remover por dentro por el realismo de su lenguaje y por lo desgarrado que es su guión. Cuatro capítulos independientes que recrean cuatro sucesos que conmocionaron a la población suiza, sobre todo por la implicación en ellos de adolescentes. Dramatizaciones que cuentan con la firma de cuatro cineastas reputados suizos: Ursula Meier, Lionel Baier, Frédéric Mermoud y Jean-Stéphane Bron. Cuatro crímenes que demuestran que la realidad supera muchas veces a la ficción.
Una miniserie de autor, con estilo propio en cada capítulo, dramática hasta la médula, no apta para corazones sensibles. Guiones que no buscan únicamente contar un suceso impactante, también buscan meterse en la mente del protagonista para que el espectador comparta su angustia y llegue a entender cómo ha llegado a esa situación. Una miniserie que aturde con un realismo palpable, áspero y agrio, con unos guiones que no necesitan adorno alguno para romper la pantalla del televisor y estrujarnos en lo más íntimo.
Al tratarse de cuatro historias completamente diferentes el espectador al final conecta más con unas que con otras. Para que veáis mis impresiones he puesto a continuación un breve resumen de la trama de cada episodio y he incluido mi nota. El primero que vi me gustó tanto que después mis valoraciones fueron bajando.
- ‘DIARIO DE MI MENTE’ [8,5] Historia de un parricida que le confiesa a su profesora de literatura los motivos que le han llevado a matar a sus padres.
- ‘NOMBRE: MATHIEU’ [7,5] Relato impactante sobre la capacidad de resiliencia de un joven víctima de un criminal en los años 80.
- ‘SIRIUS’ [6] Centrada en el adoctrinamiento y el fatal desenlace de los miembros de una secta.
- ‘EL VALLE’ [7] Dramatización de la persecución de un joven ladrón que intenta cruzar la frontera franco-suiza.
Pero pese a la irregularidad de mis notas es una serie que merece la pena de principio a fin, sobre todo por ser capaz de ofrecer un producto tan diferente a lo que nos tiene acostumbrada la industria televisiva. Una miniserie que hay que ver dispuesto a sufrir.