[ USA | 2013-2016 | Sundance TV | 3T, 6 capítulos de 50 min | Nota: 9 ]
[Spoilers en todo el post]
La tercera temporada de ‘Rectify’ ha sido sin lugar a duda lo mejor que ha dado la serie hasta la fecha (la serie ha sido renovada por una cuarta). Ha sido tan buena que habría valido como cierre final de serie. Seis capítulos que no sólo han conseguido una pureza narrativa envidiable, sino que han demostrado ser capaces de hacer virguerías técnicas (el tercer episodio tiene planos que nada tienen que envidiar a series como ‘Breaking Bad’). Una temporada que se ha beneficiado de que sólo fueran seis capítulos, los diez de la segunda se les hicieron un mundo. Seis capítulos ha sido la medida justa para jugar con el mundo psicológico de Daniel Holden sin perder fuerza.
Si hay algo que ha dejado claro la tercera temporada de ‘Rectify’ es que Daniel nunca podrá empezar una nueva vida en el pueblo que le vio nacer. Y no sólo por las dudas de sus vecinos o los secretos de sus enemigos, sino porque el peor enemigo de Daniel es él mismo. Psicológicamente roto, es incapaz de distinguir entre realidad o sueño, es incapaz de saber si lo que la gente le dice que ha hecho es verdad. Como le dicen en un episodio es un “confuso hijo de puta”, una definición en la que no falta verdad.
Daniel no es una mala persona, pero su confusión la acaba convirtiendo a veces en un “hijo de puta”. Su paso por prisión lo cambió para siempre. El corredor de la muerte se convirtió en su hogar y ahora sólo allí se siente seguro. En los peores momentos quiere volver a la seguridad de su celda. Espectacular la escena con Tawney en el último capítulo en una sala de visitas carcelaria mental.
Pero pese a ello los guionistas deciden salvarlo, preocuparse por primera vez por él mismo. Decidir empezar una nueva vida lejos de allí, en un sitio donde las heridas no duelan, donde sepan tratarle como el niño escondido en un hombre que es. Un final perfecto para su personaje que, teniendo renovación asegurada, todo apunta a que en la siguiente temporada la investigación del caso le obligará a volver a Paulie.
Pero si hay un personaje al que los guionistas han salvado esta temporada ese ha sido Teddy. Ese hermanastro del que nos habían mostrado muchas caras ha dejado claro esta temporada su bondad, su pasión y sobre todo su comprensión. Demuestra que su amor hacia Tawney es incondicional, por ella es capaz de cualquier cosa. Pero sobre todo demuestra ser uno de los que más han comprendido la situación de Daniel desde el principio, aunque le sintiera como una amenaza cuando salió de prisión. Es el único personaje de la serie capaz de entender a Daniel y a Tawney, capaz incluso de olvidar que ellos dos tienen una conexión especial y seguir queriendo a su esposa irracionalmente.
Seis capítulos han sido suficientes para que Tawney haya salido de su cascarón y haya empezado a tomar las riendas de su vida. Atrás quedó su mirada al vacío y su mutismo religioso. Su personaje se convierte en uno de los que más gancho tiene de toda la temporada. Se sale tanto de sus corsés que nos regala incluso un beso pasional con Teddy metidos en el coche (la única muestra de cariño verdadera hacia su marido en lo que llevamos de serie). Quizá el único personaje que promete mostrarnos algo totalmente distinto en la próxima temporada.
Es maravilloso cómo maneja ‘Rectify’ a los personajes. Psicología pura en cada una de las tramas. La investigación, en la que no voy a profundizar, está magistralmente llevada con un interrogatorio en el último capítulo para quitarse el sombrero. El caso lleva a un punto que también habría servido de cierre de serie. Es verdad que aquí sí que hay donde rascar todavía pero se corre el riesgo de que caigan en la repetición.
Resumiendo, ‘Rectify’ se marca la mejor de sus temporadas con un pero: las dudas sobre la necesidad de continuar la historia. Lo que está claro es que una vez entras en la mente de Daniel Holden es imposible salir, así que aquí seguiré para comentar la cuarta temporada.