[ Reino Unido | 2012- | BBC | 6 episodios de 55-90 minutos | NOTA: 10 ]
‘Line of Duty’ es el mejor room scape que existe en la pequeña pantalla. Qué manejo tan soberbio de las tramas. Qué capacidad de reinvención constante. Y por encima de todo, qué elegancia jugando con la percepción del espectador. Sin duda el ejemplo más puro de la majestuosidad de la que puede llegar a alardear el thriller policíaco. No es casualidad que se trate de una ficción británica. Pero no me gustaría cobijar mi crítica en el a veces manido término “británico”, porque se trata de una serie que lleva a un nivel superior la marca de calidad de nuestro país vecino.
Mantener una intriga durante seis episodios es relativamente fácil, lo que no lo es tanto es lograr que el espectador cabe taquicárdico cada capítulo. Qué perfección construyendo personajes. Qué destreza cambiando el foco narrativo hacia direcciones opuestas. Y qué bien están justificados todos y cada uno de los giros que da la trama. El thriller policíaco en ‘Line of Duty’ es mucho más que lo que nos da a entender su género. Conserva la pureza del thriller que magnifica con una creatividad desbordante y con una seguridad narrativa apabullante.
Su primera temporada fue notable (aquí mi crítica), la segunda sobresaliente, y la tercera ha vuelto a ser sobresaliente. Una nueva trama que no se ha olvidado de las dos anteriores, y que ha aprovechado hasta el último rescoldo que quedaba de las historias anteriores. Y es que ‘Line of Duty’ construye muy bien los personajes y los maneja aún mejor. Es magnífica la complejidad psicológica que llegan a alcanzar Arnott y Fleming. Una complejidad que partió de un punto de partida superior y que han ido construyendo ladrillo a ladrillo, sin prisas, seguros de sí mismos. Un desarrollo muy compacto, lleno de matices, diseñado a largo plazo.
[Spoilers a partir de aquí]
LA NARRACIÓN
El primer bombazo narrativo de la tercera temporada de ‘Line of Duty’ es cuando muere Daniel Waldron. Cuando el espectador identifica el que a priori es el sospechoso de la temporada van y se lo cargan. Los ojos del espectador se resquebrajan para empezar a mirar una trama que apunta en todas las direcciones. El concepto de la temporada se eleva a ene. Pero después llega el segundo bombazo narrativo que eleva a infinito la trama: la vuelta de Lindsay Denton. Esa arpía que cada escena es más zorra que la anterior, vuelve a escena no sólo para seguir liándola, sino para volvernos a hacer dudar de su culpabilidad. El personaje más adictivo de la serie, de esos que el espectador disfruta tanto como odia. De los que hacen que se te revuelvan las tripas.
Tras esas dos explosiones el espectador ya está preparado para todo: para que Cottan esté del lado oscuro, e incluso para que Arnott se coma su odio y vuelta al lado de Lindsay cuando se ve solo. Lo que sea. Una trama trepidante que te lleva de un lado a otro sin que te des cuenta, dando a cada giro una coherencia brillante. La tercera temporada de ‘Line of Duty’ es una caza de brujas repleta de secretos en la que nadie está a salvo.
LOS PERSONAJES
Reconozco que cuando volvió Lindsay Denton a escena sentí miedo, miedo a que desvirtuaran un personaje perfecto. Pero al final no lo hacen. Sólo por ver a Arnott demandar su ayuda merece la pena. Y por esas salidas de tiesto tan propias de Lindsay, que es una gran hija de puta dispuesta a hacer justicia. Sin ella la trama (sobre todo al final de la temporada) no habría sido igual.
Pero el verdadero protagonista de la temporada ha sido Ted Hastings. Ha estado constantemente contra la espada y la pared, tomando decisiones que ponían el riesgo su continuidad en el puesto. Un personaje que ha conservando intacta su conciencia policial, convertido en la brújula que nunca pierde el norte (o en el paraguas de Arnott y Fleming).
Cottan se presenta hasta el final como un villano incompleto. Hasta que no acaba con Lindsay en el penúltimo capítulo no sube el peldaño que le correspondía ocupar. Un personaje que pese a no tener realmente un lado bueno, los guionistas deciden limpiar su imagen al final. El disparo que le mata iba dirigido a Fleming, pero lo recibirá él al intentar salvarla. Innecesario este toque heroico a un hombre que se acercó a Fleming por obligación, como hizo en la segunda temporada Arnott con Lindsay.
RESUMIENDO
Los dos mejores momentos de la tercera temporada de ‘Line of Duty’ son los interrogatorios a Arnott y a Cottan en el último episodio. Dos escenas claustrofóbicas que hacen sentir al espectador ahogamientos totalmente opuestos. En uno estamos sentados en la silla del acusado, en el otro en el lado contrario de la mesa. Magnífico. Brillante. Los dos últimos capítulos son una auténtica maravilla.Un laberinto de ficción apasionante.
Sin duda ‘Line of Duty’ es de los mejores thrillers del momento. Tengo la espinita clavada de que no hice crítica de la segunda temporada, y hasta que no haga un revisionado no puedo hacerla, que me gusta escribir con el corazón todavía rabioso por lo que he visto. Pero estas dos temporadas son para enmarcar. Dos temporadas con personajes magníficos, tramas brillantemente construidas y narraciones capaces de retorcer cada giro hasta que la mente del espectador chilla. Una obra de arte.