[ Reino Unido | 2012- | BBC | 6 episodios de 60 minutos | NOTA: 9 ]
Con ‘Line of Duty’ me pasa lo mismo que con ‘Peaky Blinders’, que me gusta tanto que no paro de recomendarla en cuanto puedo. La vendo como el mejor drama policial actual, la serie que construye los mejores interrogatorios de investigación, el guion más claustrofóbico… y por mucho que me deje llevar por mi verborrea ensalzadora creo que me quedo corto. En su cuarta temporada ‘Line of Duty’ ha vuelto a demostrar estar en forma, seguir manejando el misterio como nadie, seguir teniendo guiones brillantes, y seguir siendo capaces de jugar con el espectador de una forma muy adictiva.
Quizá ésta es la temporada menos oscura, con tres primeros capítulos que dejan entender que ‘Line of Duty’ está yendo a medio gas. Pero no, es que la trama necesita esos tres capítulos para preparar la bomba explosiva que llega en el cuarto episodio. Una bomba que cambia por completo las reglas del juego, que lo hace tirando incluso de las tramas de las anteriores temporadas, y que demuestra una vez más que el espectador está completamente vendido ante estos magníficos guionistas.
UN MODELO DIFERENTE
Por primera vez las cosas en ‘Line of Duty’ no son blancas o negras. Ese personaje en el que recaen las dudas deja claro que algo ha hecho, pero no sabemos cuánto, no sabemos con qué intenciones, no sabemos el porqué. Un misterio lleno de capas con más implicaciones de las que podemos intuir a priori. Un caso que acaba siendo transversal con ganchos narrativos en las temporadas anteriores. Un magnífico ejercicio aprovechando cada elemento importante del universo creado por la serie.
Un cambio en la forma de narrar, en la forma de construir la intriga, que hace que el personaje de Roz Huntley nos pueda parecer poco interesante en los primeros capítulos. Pero todo cambia en el cuarto capítulo, cuando te das cuenta de que, sea o no inocente, es una mujer que sabe defenderse de una forma tan voraz y agresiva como la AC-12 investiga. Es una lucha de titanes en la que juegan ambos lados en el mismo terreno de juego, con las mismas herramientas y con las mismas reglas. Y Roz no está dispuesta a caer sin luchar hasta el último momento.
EN PLENA FORMA
Una temporada que da pasos clave con sus personajes protagonistas. Un caso en el que se tratan temas actuales como el machismo o la igualdad laboral. Una investigación tan milimétrica como las anteriores que vuelve a regalarnos interrogatorios brillantes. Cómo juegan con las preguntas, con la narración, con nuestra percepción, con el foco de atención, con los matices, con las medias tintas, con los recovecos legales… ‘Line of Duty’ sigue tan en forma como en sus inicios.
Tantas cosas bien hechas que, tras cuatro temporadas en antena, ‘Line of Duty’ ha sido renovada por dos temporadas más. Su creador, Jed Mercurio, ha dicho que tiene claro cómo acabará la serie, pero que ahora, con dos temporadas por delante, tienen mayor libertad para construir una quinta entrega más autónoma. Hasta la fecha no hay ninguna noticia que haga pensar que la sexta pudiera ser la última temporada de la serie. Sin duda el día que se tenga que despedir ‘Line of Duty’ lo hará como uno de los mejores dramas policiales de la historia de la televisión británica.