El lado oscuro de la fama. Cuántas veces un periodista con pocas ganas de pensar le ha puesto este nombre a un documental sobre la vida de un actor ‘estrellado’ de la televisión. Incluso pongo la mano en el fuego por que, en algún momento, en alguna cadena estatal de Iowa, hubo un programa semanal con este título. Pues hoy, yo me uno a este concepto viejuno, porque voy a tratar un tema tan tradicional en Hollywood como lo es en España lanzar animales de campanarios: el acosador de famosos.
A mi me gusta más el concepto ‘fan fatal’, que queréis que os diga, pero mis amigos dicen que, dicho así, parece que estoy hablando de una adolescente que persigue a Andy y Lucas, deseando un hijo del no gordo, y no de un verdadero problema que sufren las estrellas de la televisión, que llegan a temer hasta por su vida.
La última ha sido Laura Prepon de ‘Orange is the New Black’ que ha recibido amenazas a través de Twitter de un tal William Austin. Si es que ese es su verdadero nombre. El chico es de esos que sigue el manual de psicópata al pie de la letra. No hay nada más típico de acosador que escribir junto a una foto de tu adorada estrella: “Aquí, una foto reciente de Laura Prepon, mi esposa y amiga”. Y, después, añadir los emoticonos de unos labios, un anillo de compromiso, una pistola y un cuchillo. “La violencia está en camino”, le puso también. Nada que no intuyéramos después de tanto emoji. De momento la denuncia está puesta por parte de la actriz y ha sido admitida a trámite.
Mila Kunis (‘Aquellos Maravillosos 70’) también ha tenido que enfrentarse al acoso de un seguidor. La mujer de Ashton Kutcher sufrió en 2012 el ataque de un hombre que la esperó durante tres días en el garaje de su gimnasio. Se ve que no tiene mucha disciplina esta chica. La cuestión es que lo trincó la policía y acabó en un psiquiátrico del que se escapó el año pasado. Fue encontrado poco después a varios kilómetros del centro, para descanso de la actriz y de su familia.
En España también hay casos de acoso a nuestros televisivos. El más impactante, el que sufrió Sara Casasnovas (‘Amar en tiempos revueltos’) cuando salía del teatro y un hombre la hirió con una ballesta en plena calle. Gracias a la compañía de la joven se pudo reducir al ‘fan fatal’ y así la policía descubrió que la actriz recibía cartas suyas desde hace un año y que este asalto se debía a que el acosador estaba harto de que no le contestara. Está entre rejas, obviamente.
Pero no son sólo las mujeres son las que se tienen que enfrentar a estas situaciones. Hay actores televisivos que también ha tenido que lidiar con locas de remate. Dominic Monahan (‘Perdidos’) tenía una acosadora que se llama Meredith McLarty. La joven sólo necesitó un tuit y tres palabras para crear el pánico: Mark David Chapman. Es mentar al asesino de John Lennon y ponerse cualquier estrella a temblar. La denuncia acabó en una orden de alejamiento que McLarty se ha pasado por el forro, por lo que está en busca y captura.
También es de admirar la perseverancia de la acosadora de Alec Baldwin (’30Rock’). Esta mujer, tras años de perseguir al actor y seis meses de cárcel, salió diciendo que se arrepentía y que quería pasar página en su vida…. no sin antes tener una conversación con él. Dice que no sabe por qué la denunció y que necesita hablar con él antes de cerrar esta herida. Loca, puede. pero lista es un rato.
Y por último, está Kathryn Boykin, que decidió que ver a su querido Daniel May en ‘The Walking Dead’, ‘Powers’, ‘Revolution’ o ‘Nashville’, no era suficiente. Y además, pensaba que su talento no era merecedor de un acoso ‘estándar’. Así que cogió, se creó muchas cuentas de Twitter y comenzó a enviar mensajes a May, a su mujer y a quien se le pusiera por delante. La cuestión era llamar la atención de su admirado inventándose historias de su vida. El actor le pidió amablemente que parase y después la denunció, consiguiendo una orden de alejamiento. Pero Boykin decidió que ese era el momento de ir a la puerta del trabajo de la mujer de May a llamarla de todo. ¿Qué después de eso se iba a la cárcel?, pues sí, pero tan a gusto.