[Nota: 5,5]
A una semana de la mid-season finale, Rick ha confirmado a sus últimos aliados para la guerra durante ‘Time for After’ (8×07). Los Carroñeros unirán sus fuerzas con los luchadores de AHR (hago mías las siglas de Eugene para hablar de Alejandría, Hilltop y el Reino) aceptando que sea Rick quien termine matando a Negan cuando llegue el momento. Un pacto que muchos ya dábamos por cerrado desde la séptima temporada, pero que aún ha tenido un último coletazo con la visita de Rick, su captura y su circo zombi, en el que el sheriff ha demostrado una vez más el estar más preparado que nadie ante la supervivencia.
Y no es que Rick sea el más listo del lugar, ni siquiera el más fuerte, ni el más veloz con la pistola. Lo que tiene Rick es una experiencia de supervivencia brutal en este mundo postapocalíptico en el que ha estado danzando de un refugio a otro desde que le conocemos. Esa templanza ante Tamiel, pese a haber estado encerrado en calzoncillos durante horas. Esa rapidez mental y corporal defendiéndose de un zombi hambriento guiado para acabar con él. Rick es el último pistolero en un mundo que se está desintegrando y a estas alturas no hay prácticamente ningún rival capaz de hacerle sombra.
Prácticamente ninguno, sí, porque Negan ha sido capaz de hacerle más que sombra. Pero las tornas están a punto de cambiar. El gran villano de ‘The Walking Dead’ “está acabado, a punto de caer” (lo dice Dwight), pero pese a ello Negan está seguro de que la amenaza de AHR es hacia sus seguidores, no hacia él, porque él nunca muere. Negan se considera intocable, invencible, casi inmortal. La situación actual le preocupa porque muchos de sus seguidores morirán, no porque tema por su propia vida. La arrogancia estará en el villano incluso cuando descanse bajo tierra.
Dwight ha sido la luz de este episodio. El aliado de Rick que descubre sus cartas ante Eugene. La pieza clave para conseguir que el ataque de AHR al Santuario acabe con el menor número de vidas posibles pero que asegure la muerte de Negan en manos del sheriff. Un hombre de principios que no es capaz de matar a Eugene pese a que la audiencia le grite desde sus sofás que dispare de una vez a ese insoportable personaje. Un hombre que cambió de bando y al que ahora lo único que le importa es la seguridad de Negan y de todos los Salvadores. Eugene por momentos le quita el título de “Personaje insufrible” de las últimas temporadas.
No voy a comentar nada del sinsentido de excursión de Daryl, Michonne y compañía. Soy un fan loco de personaje de Michonne y he pedido mucho en mis críticas que saliera a escena, que la tenían muy olvidada. Pero si salir a escena implica hacer el ridículo como lo ha hecho en los dos últimos episodios casi prefiero que no salga. Prefiero imaginar yo las tramas apasionantes que le podrían haber dado que no tener que ver cómo se cargan a su personaje y le hacen dar vueltas a lo tonto sólo por rellenar.
La semana que viene ‘The Walking Dead’ se despide hasta febrero de 2018. Un parón en el que replantearse muchas cosas ante una serie que está viviendo uno de sus peores momentos.