[ UK | 2017- | Channel 4 | 8 capítulos de 20 min | NOTA: 8 ]
Los británicos se caracterizan por su capacidad para crear comedias que van más allá que a la unión efectiva de gags ingeniosos. Construyen comedias que se esconden pequeños grandes dramas. Conciben tramas disparatadas que encierran importantes reflexiones vitales. Ficciones que van mucho más allá de la comedia. El último ejemplo lo tenemos en ‘The end of the f***ing world’, una dramedia muy impulsiva que consigue que el espectador se ría y se emocione con unos personajes maravillosamente bien construidos. Una serie con alma que esconde grandes lecciones de vida. Una pequeña joya británica que Netflix ha conseguido que se convierta en un éxito internacional.
‘The end of the f***ing world’ engancha inicialmente por el ingenio de su trama y por su banalidad narrativa. Una comedia que entretiene, divierte y libera la mente. Pero a mitad de la temporada te das cuenta de que tras esa capa superficial hay un drama milimétrico que te roba el corazón. Un drama sobre la identidad personal, los traumas, el amor, y las relaciones. Un drama muy optimista, que sorprende, y que da una profundidad a la comedia muy efectiva. Una serie que se ve de una sentada y que te deja con ganas de mucho más. El creador deja la puerta abierta para una segunda temporada, aunque aún no hay nada confirmado.
Los protagonistas de esta comedia son un psicópata adolescente y una chica rebelde. Su sed de aventuras y sus ganas de escapar de su rutina les embarca en un accidentado viaje por carretera en el que irán descubriéndose a sí mismos y plantando cara a sus mayores miedos. Un viaje en el que aprenderán a defenderse de las agresiones del mundo y a abrirse emocionalmente aunque puedan salir heridos. Polos opuestos de un mismo imán que van aprendiendo a sentir y a ser queridos.
Dos personajes magníficamente construidos defendidos por dos jóvenes que enamoran actuando y que dan un toque tierno a ese humor negro tan característico de la serie. A todo esto hay que sumarle una fotografía y una banda sonora cuidadísimas, con personalidad propia. Una serie en la que todo funciona a la perfección, camuflándose en una trivial comedia pero escondiendo mucho más que eso. Sirve para desconectar y divertirse, pero a la vez juega con los sentimientos del espectador.
‘The end of the f***ing world’ está basada en la novela gráfica de mismo nombre escrita e ilustrada por el americano Charles S. Forsman. Antes de la serie se rodó un corto allá por 2014 bajo el título de ‘TEOTFW’, metraje que sirvió de episodio piloto a la hora de vender la producción de la serie.