‘Love’ es una de las producciones originales de Netflix menos compactas y, sobre todo, menos arriesgadas. Una comedia con complejo de drama que no consigue remodelar el género y que necesita toda una temporada para encontrar su estilo. Una producción que sabe insípida a paladares que han catado grandes manjares románticos como ‘Catastrophe’ o ‘Man seeking woman’, o cómicos como ‘Unbreakable Kimmy Schmidt’.
La nueva comedia de Netflix aprueba, sí, tiene muchos puentes fuertes, pero sus debilidades hacen que no consiga pasar de ser “pasable”. Tiene buenas ideas de fondo, sí, pero muchas quedan desperdiciadas. Aunque su principal debilidad es un guión dubitativo que se mueve más cómodo en el drama que en la comedia. ‘Love’ consigue mantenerse en pie toda la temporada, pero con mucho riesgo de que el espectador se olvide de ella entre capítulo y capítulo.
‘Love’ narra la historia del tímido Gus y la descarada Mickey, dos jóvenes que explorarán la euforia y humillaciones de las relaciones, el compromiso y el amor. Gus es una persona insegura que duda de cada paso. Mickey es tan caradura como desvergonzada. Poses que esconden realidades a priori inconfesables que les han moldeado hasta lo que son hoy. Una trama que, según reza Netflix, “es una mirada hilarante y brutalmente honesta a las relaciones modernas.” Una pretensión que cumple, sólo en parte.
Toda esa “mirada brutalmente honesta” se concentra en los dos últimos capítulos, dejando el resto de la temporada como una historia algo sosa que ya nos han contado en muchas ocasiones. El guión explota muy pocas veces su lado “hilirante”, y eso que en el segundo episodio deja claro que sabe moverse bien en el humor más friki. Pero donde realmente se mueve bien es en el drama, aunque tiene miedo de meterse en él hasta el final.
El personaje de Gus es quien lleva el peso de la temporada. Una extraña mezcla entre un joven Woody Allen y un muy descafeinado Josh de ‘Please Like Me’. Un personaje que radiografiamos desde el comienzo y que nos permitirá descubrir a la verdadera Mickey. Y aquí está el problema, hasta casi el final de la temporada el personaje de Mickey es tan corriente como olvidable. Difícil mover un guión (por bueno que sea) en el que uno de los protagonistas no está creando empatía.
Pese a que ‘Love’ tiene un abanico de secundarios muy bien construidos, en muchos casos quedan desaprovechados. Una comedia a la que le ha faltado encontrar el equilibrio, su sitio, dar con la dosis adecuada, porque los ingredientes los tiene y de buena calidad. Sea como fuere, pese a sus debilidades y a que Netflix nos tenga acostumbrados a sorprendernos más, esta dramedia que se deja ver. La primera temporada son 10 capítulos de 30 minutos cada uno, menos el primero que es más largo.
Para los más frikis del mundo seriéfilo estadounidense un apunte: la trama de Gus se mueve en la producción de una serie de televisión. Una buena oportunidad para asomarnos en una writers’ room de una serie ficticia, en el plató de rodaje o en los camerinos de los actores. Buen complemento para esa perspectiva más comercial de ‘Episodes’.