Los retos de ‘Don’t Trust the B— in Apartment 23’

Siete capítulos han sido suficientes para que ABC viera el potencial de su nueva sitcom ‘Don’t Trust the B— in Apartment 23’ otorgándole la renovación por una segunda temporada. La serie de James Van Der Beek se estrenó en abril ante más de 6,91 millones de espectadores y se despidió un mes después conservando al otro lado del televisor a 5,60 millones.

Una serie más valorada por lo que todavía no ha dado que por lo que hemos visto, y que si no logra dar forma y unidad a la trama y sus personajes no alcanzará el sueño de lograr la tercera temporada. De los capítulos grabados sólo se han emitido siete, y aún no se sabe cuándo se emitirán los seis restantes que conformaban la primera temporada.

Pese a sus buenos índices de audiencia, los guionistas de ‘Don’t Trust the B— in Apartment 23’ se enfrentan ahora al reto de demostrar en que la renovación fue merecida y que tienen mucho que dar. Por ahora sólo hemos podido ver unas tramas obsesionadas por ser diferentes, situaciones extremadamente absurdas, y unos personajes demasiado encorsetados en sus extravagancias.

‘Don’t Trust the B—- in Apartment 23’ cuenta la historia de June (Dreama Walker), una joven que se muda a Nueva York siguiendo el trabajo de su vida para descubrir que realmente ese puesto no existe. Viéndose sola en la ciudad, buscará un sitio donde vivir. Así acabará compartiendo piso con Chloe (Krysten Ritter), una estafadora con muy poca clase.

June es inmadura, pardilla, incrédula y bastante corta de mente. Desconocedora del juego de la vida, tropieza una y otra vez cual niño torpe jugando en el parque. Chloe es retorcida, egoísta, vulgar y manipuladora. Cansada del mundo, sólo se mueve por su propio interés. Dos personajes que pese su contraste aparentemente atractivo rompen la serie con su excentricidad forzada, sus exageraciones interpretativas y sus voces insoportablemente chillonas.

Pero para salvar la serie está James Van Der Beek, el actor que diera vida al mítico Dawson Leery hace una interpretación ficticia de sí mismo como el mejor amigo de Chloe. Pese a su poca extravagancia acaba siendo el único que pone un poco de sentido común a la serie sin dejar de lado el humor. Tranquilo, tontorrón, ilusinado, capaz de reirse de sí mismo y triunfador, dará los mejores momentos de la serie con esa atractiva mezcla de ingenuidad y elitismo.

A los protagonistas se une un gran número de secundarios que, en vez de reforzar la serie, son meros figurantes de la escena y poco aportan a la serie. Pese a todo ello hay que reconocer que ‘Don’t Trust the B— in Apartment 23’ sólo ha tenido siete capítulos para demostrar su valía y que toda buena comedia madura cada semana haciendo que sus tramas y personajes evoluconen hacia aquello que le gusta a la audiencia.

Todavía no es momento de tachar de la lista a ‘Don’t Trust the B— in Apartment 23’ pero sí de esperar cautelosos a los nuevos capítulos que será cuando se pongan todas las cartas sobre la mesa. Os dejo un anuncio que hace James Van Der Beek en la serie, un buen ejemplo de cómo el actor sabe reirse de sí mismo sin excentricidades forzadas.

ABC Crítica de series

Sobre Alfredo L. Zamora

Alfredo L. Zamora
Periodista madrileño devorador de series de televisión. Las ficciones británicas son mi debilidad. Creador de #CienMegas. Hago reviews semanales de #TheWalkingDead.

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