[ UK | 2017 | BBC | 3 capítulos de 60 min | NOTA: 8 ]
Los abusos sexuales es tema delicado, y más cuando estás narrando una historia basada en hechos reales que tiene como protagonistas a menores de edad. Un terreno narrativo demasiado sensible que requiere una delicadeza extrema sin que la historia pierda la agresiva denuncia social que subyace en un suceso de este calibre. ‘Three Girls’ consigue esto y más, con la dificultad añadida de estar contando unos sucesos que ocurrieron hace menos de veinte años. Una miniserie magnífica de la BBC hecha para aquellos espectadores valientes que son capaces de mantener la entereza ante dramas tan profundos.
‘Three Girls’ cuenta uno de los casos más terribles de abuso sexual en la historia británica moderna. Un caso que revolucionó a la sociedad tanto por los abusos como por la incompetencia burocrática y la ignorancia voluntaria. La miniserie cuenta el abuso y el tráfico de menores de edad en la ciudad de Rochdale (Manchester). Pandillas de hombres, la gran mayoría de origen paquistaní, atacaban a niñas vulnerables ofreciéndoles bebidas, drogas y regalos, para después violarlas y prostituirlas.
Una historia que refleja cómo la policía y los servicios sociales, por no parecer racista, no estaban dispuestos a tomar en serio los rumores de explotación infantil generalizada. Que las jóvenes implicadas fueran de familias de clase baja también fue otro elemento clave que hizo que las autoridades prestaran el mínimo interés en esclarecer lo sucedido. Un caso en el que la justicia falló y que fue reabierto años después ante la mirada incrédula de una sociedad engañada.
Una historia con mucho fondo social capaz de hacer una crítica mordaz a las autoridades británicas. Una caso en el que la discriminación positiva tapó muchas bocas por miedo a ser cuestionados por la sociedad. ‘Three Girls’ está llena de matices, de mensajes, y de lecciones. Es un grito desgarrado en defensa de la integridad y los valores. Es un grito feroz contra las injusticias y las apariencias. Una historia magnífica que, alejándose del morbo y en amarillismo, construye una narración que conmueve y que hace pensar.
Una miniserie magnífica de visionado obligado. Los británicos son unos artistas construyendo narraciones basadas en hechos reales sin caer en el culebrón retorcico. El tema es muy sensible, así que cuidado aquellos a los que las historias con menores de edad les hacen heridas demasiado dolorosas.