[NOTA: 7]
Nos merecemos vivir en paz. Negan y los Salvadores trataron de quitárnoslo. Alajandría, Hilltop, el Reino y Oceanside se unieron para luchar por un futuro mejor. Ganamos. No se acaba hasta que esté muerto. No sin pérdidas dolorosas. Hoy tratamos de sanar, tratamos de perdonar. Ahora comienza el trabajo, comienza el nuevo mundo.
Así arranca la novena temporada de ‘The Walking Dead’, una de las más importantes de lo que llevamos de serie. No sólo por las consecuencias que puede tener la salida de Andrew Lincoln de la serie, sino porque la octava temporada sufrió un descenso de audiencia muy importante. La novena temporada es un órdago por conseguir que la ficción no muera aún y pueda seguir llenando los bolsillos de AMC. No podemos saber qué pasará, lo que está claro es que el estreno de la nueva temporada hace promesas muy interesantes sobre un nuevo rumbo de la serie.
‘A New Beginning’ (9×01) es diferente, algo que se agradece después de nueve años viendo exactamente lo mismo. Estrena opening, sacrificando las míticas tonalidades marrones por blancos, negros y VERDES. Algo está cambiando. Un capítulo en el que hay mucha banda sonora, sobre todo en la primera mitad. Música llena de optimismo para este nuevo comienzo. Y nada más empezar la serie nos lleva a Washington a saquear un museo. Pero lo más importante es lo que sientes cuando terminas el capítulo y no has visto a Negan. Sí, esta temporada no va a ser la típica historia de un villano y nuestros héroes defendiéndose. No.
La novena temporada de ‘The Walking Dead’ propone algo mucho más interesante: nuestros héroes luchando entre ellos. Cuando tienes un enemigo en común y tienes que unir fuerzas todo se olvida. Pero amigo, cuando ese enemigo desaparece las cosas cambian. El concepto de supervivencia de Alejandria, Hilltop, Santuario, el Reino y Oceanside no tiene nada que ver. Ha llegado el momento de dialogar y de llegar a acuerdos para poder vivir en armonía. Rick, Carol, Maggie… todos guardan un pequeño villano dentro que sólo sale a la luz cuando no consigue lo que quieren.
ALEJANDRIA: RICK
El imperio de Rick Grimes está llegando a su fin. Sigue siendo el líder de Alejandría. Es conocido como “el que acabó con la guerra”. Pero su forma de ver la supervivencia es opuesta a la del resto de comunidades. Él sigue defendiendo relaciones cooperación, de ayuda a los que más lo necesitan. El resto ya no ofrecen una ayuda a todo el mundo sin condiciones, las cosas han cambiado, ya no hay villano que les obligue a aceptar cualquier trato. Maggie se lo deja muy claro a Rick, no van a seguir ayudando al Santuario sin recibir nada a cambio. Tras la guerra los líderes de las distintas comunidades son enemigos en potencia, si no se manejan bien las relaciones.
Por ahora Rick intentará seguir los consejos de Michonne: conseguir un acuerdo con todas las comunidades para orientar sus relaciones. Un “acta”, no una “constitución”. Una idea que surge entre las dudas de si realmente hicieron bien al no matar a Negan. Este último punto todavía no es importante, pero lo acabará siendo, porque fue la última decisión que tomó Rick como líder de todas las comunidades. Una decisión que nadie compartía en ese momento.
Por cierto, el “acta” que quiere Michonne se representa metafóricamente en esos puentes que Rick quiere reconstruir con la ayuda de Hilltop para unir otra vez a todas las comunidades.
EL SANTUARIO: CAROL
Empieza el alejamiento entre Daryl y Rick, renunciando el primero a seguir al mando del Santuario en un momento crítico en el que se empiezan a levantar voces alabando los tiempos de Negan. Dayl considera “un fracaso” lo que se ha hecho en el Santuario después de la guerra. No cree en Rick, no comparte sus ideas, no quiere volver a Alejandría. Irá Hilltop con Maggie, formando previsiblemente el nuevo núcleo de la serie. La época de Rick ha llegado a su fin.
Carol decide sustituir a Daryl, un giro que puede sacar el lado despiadado que tan pocas veces enseña pero que tanto nos gusta de ella. Maravillosa la conversación que tienen Carol y Daryl normalizando una relación de la que los guionistas se habían olvidado hace muchas temporadas. Es pronto para analizar la historia de amor que nos han colado con Ezekiel.
HILLTOP: MAGGIE
Aquí es donde está toda la chica del capítulo. Donde queda claro que la rebelión no sólo viene de los Salvadores, también está entre los que consideramos buenos en esta historia. No solo por la trama de Gregory, también por la de Earl y Tammy que cuestionan a Maggie cuando muere su hijo. Los líderes de las distintas comunidades tendrán que llegar a acuerdos entre ellos para vivir en armonía, mientras que cuidan de que los suyos les respeten y acepten sus decisiones (por muchas elecciones democráticas que hayan hecho).
Que Daryl sea el que haga la ejecución final de la muerte de Gregory no es casual. Es otro giro que reafirma el nacimiento de este nuevo tándem en el que Maggie gobernará de forma inquebrantable sin cometer los errores que ha cometido siempre Rick por su bondad ante el enemigo. Las decisiones ya no se toman en Alejandría, se toman en Hilltop.
Un capítulo potente que hace muchas promesas de una nueva etapa en ‘The Walking Dead’. Yo confío en que no se quede todo en promesas, que sea una temporada arriesgada por el interés egoísta todo el equipo creativo para seguir con la serie por más tiempo. Veremos. Por ahora progresa adecuadamente.
PD.- Perdón por la extensión de la crítica, se me ha ido un poco de las manos. La semana que viene os hablaré de los pájaros, muy presentes en el capítulo.