‘The Walking Dead’ sigue poniéndonos los dientes largos con la llegada de Negan. El villano más esperado del momento que parece no se subirá al escenario hasta el final de temporada. Eso sí, el camino hasta llegar a él no podía estar siendo más entretenido. Los juegos de Jesús, la inmersión en Hilltop, el primer ataque a Los Salvadores, y ahora el rescate de Maggie y Carol pisando cada vez más intensamente la sombra de Negan. ‘The Same Boat’ (6×13) nos regala un episodio muy psicológico en el que Carol vuelve a escena con una de sus mejores tramas desde hace mucho tiempo.
Un episodio centrado en el intercambio de rehenes y que nos permite, por primera vez, interactuar y conocer a Los Salvadores. Seguidores de Negan que demuestran ser más que miembros de una comunidad. “Todos somos Negan”. Cada miembro de Los Salvadores se considera a sí mismo como una parte más de su líder. La lealtad que esta concepción lleva implícita promete una lucha cruel con los chicos de Alexandria. Una visión unitaria de grupo que nunca consiguió Rick, un líder que ha sido cuestionado hasta el hartazgo.
LOS SALVADORES
Seguimos sin saber cuánta gente integra Los Salvadores. Aniquilamos a un pequeño grupo de seguidores de Negan en el arranque de esta segunda mitad de temporada. La semana pasada nos deshicimos de otros tantos en bajo la luz de la luna. Y esta semana caen otros tantos en ese intento de intercambio de rehenes. Un grupo de supervivientes con código secreto de comunicación, con lugares establecidos en casos de emergencia y con un sistema de defensa lo suficientemente bueno como para que los chicos de Alexandria no hayan llegado a su líder aún.
Pese a estar perfectamente organizados y contar con un protocolo de emergencia, vuelven a ser derrotados por Rick por tercera vez en lo que llevamos de temporada. Pequeñas (o no tan pequeñas) victorias que están haciendo crecer la ira de Negan allá donde esté y que acabarán teniendo consecuencias cuando su camino se cruce directamente con el de Rick.
LOS BUENOS Y LOS MALOS
El capítulo de esta semana ha vuelto a poner sobre la mesa una reflexión que ya ha salido en muchas ocasiones: quiénes son los buenos y quiénes son los malos en esta historia. Todos tenemos claro que los buenos son los seguidores de Rick, pero sus movimientos y tácticas de supervivencia al final acaban siendo en muchas ocasiones tan deplorables como las del Gobernador en su momento o las que de los seguidores de Negan.
Los villanos de ‘The Walking Dead’ también perdieron a series queridos, también para ellos fue impactante cuando empezaron a matar personas… el origen de todos es exactamente el mismo. La única diferencia es cuánto se ha radicalizado su modo de supervivencia. Rick también sería capaz de cualquier cosa con tal de defender a los suyos. La línea entre el bien y el mal tal cual la conocemos nosotros no existe en este mundo zombi.
LAS LÁGRIMAS DE CAROL
Parece que los guionistas de ‘The Walking Dead’ me escucharon la semana pasada diciendo que tenían olvidada a Carol. Ha sido la gran protagonista de ‘The Same Boat’, esa mujer que lucha cada día por acallar su lado más impasible. La semana pasada la veíamos repasar consternada su lista de personas asesinadas, una lista que también llevó en su momento Paula, su raptora. Volvemos a la idea anterior de los buenos y los malos, todos han estado en el mismo punto en algún momento.
Carol nos regala un capítulo espectacular que nos mantiene en alerta todo el rato preguntándonos qué estará tramando para salir de esa situación. Cuarenta minutos leyendo entre líneas para saber si sus lágrimas son de cocodrilo y está a punto de cargarse a todos con un rosario (ella es capaz de eso y de mucho más). Pero no eran de cocodrilo, realmente sufre un pequeño calvario de lucha interna en un momento en el que su seguridad (y sobre todo la de Maggie) se siente amenazada.
Y otra prueba de que los guionistas me escucharon la semana pasada. Primera escena en mucho tiempo de Carol y Daryl juntos. Un abrazo que ya perdió la tensión sexual hace mucho pero que lleva implícito muchos sentimientos. Maggie también nos da buenos momentos en su interrogatorio. Y nos deja inquietos con ese último cuchillazo (parece que superficial) en su vientre.
‘The Walking Dead’ no lo podía estar haciendo mejor esta segunda mitad de temporada. Sabe dónde quiere ir. Y lo que es más importante, sabe qué quiere contar por el camino. Entretenimiento puro y duro, con una trama compacta que toca a casi todos los protagonistas, con giros nuevos que arriesgan, con localizaciones y personajes nuevos, y sin olvidarse de los zombis y la sangre que tanto le gustan a cierta parte de los seguidores de la serie. Se vuelve a repetir la fórmula de la quinta temporada: una primera mitad para olvidar y una segunda mitad para enmarcar.