La sombra de Negan parece ser alargada y cada vez estamos más cerca de él. Esta semana en ‘The Walking Dead’ ha comenzado la masacre. ‘Not Tomorrow Yet’ (6×12) ha sido el primer ataque de Alexandria y Hilltop a la base de los Salvadores. Un misterioso nuevo equipo de supervivientes que demuestran que, pese al elevado número de vidas que pierden, están más que preparados para cualquier ataque sorpresa. Unos villanos que pese a que reciban golpes terminan demostrando que van un paso por delante, que en ningún momento han perdido el control.
‘The Walking Dead’ ha dado esta semana el pistoletazo de salida a una lucha que promete ser muy sangrienta y que centrará los capítulos que quedan de temporada. Un episodio en el que Carol y Morgan vuelve al escenario, ella con un protagonismo clave junto a Maggie en el cliffhanger final. Un capítulo en el que sus protagonistas han actuado por encima de sus propios principios éticos movidos por un principio básico resumido en una frase de Aaron: “Si no hago esto me lo harás tú a mí”.
LOS SALVADORES
Por ahora sólo seguimos los pasos de Negan. Hemos entrado por primera vez en las instalaciones de los Salvadores y los chicos de Alexandria se han cargado todo lo que respiraba. Un ataque narrativamente brillante que demuestra hasta dónde están dispuestos a llegar los fieles de Rick para mantenerse con vida. Tras esta masacre no se esconde ninguna defensa. Alexandria no se ha visto amenazada por los Salvadores y pese a ello se manchan las manos de sangre matando a sangre fía a hombres mientras duermen.
Los límites de lo que es ético y lo que no ya no existen. Morgan intenta recuperar ese concepto original de supervivencia, pero no tiene nada que hacer. En este panorama los guionistas se esfuerzan en dejar claro que los asesinatos nocturnos de Rick y compañía no son gratuitos.
Esas fotografías en la pared de cabezas destrozadas sobre el suelo que tiene uno de los asesinados al lado de su cama no buscan otra cosa que salvar a Rick y compañía frente a los ojos del espectador. O la frialdad con la que tratan con la supuesta cabeza de Gregory como si fuera un auténtico juego. Movimientos para dejan claro que, pese a que en este momento no son una amenaza para Alexandria, lo serían en un futuro próximo si no acaban con ellos.
Glenn, Heath, Gabriel y Tara matan por primera vez en su vida a un ser humano, el guión tenía que justificarlo muy bien. No es ataque fortuito, y mucho menos gratuito. Un capítulo de salvaciones de personajes. Porque a éste se suma Carol con su lista de 18 personas a las que ha arrebatado la vida hasta el momento. Humanizando un personaje que en las últimas temporadas había quedado deshumanizado.
CAROL
La echábamos de menos. Carol ha vuelto esbozando una historia de amor con Tobin (están muy románticos los guionistas) y reflejando esa caída de esa vida tranquila en Alexandria. Esa paz en la que la vida era sólo cocinar galletas o besarse en las escaleras bajo la luna, acaba con el ataque a los Salvadores. Vuelve la Carol impasible, la que no se calla nada. Si no fuera por ella nadie le habría dicho a Maggie que no tiene sentido que esté en estas misiones cuando está embarazada. Vuelve la Carol superviviente, y quizá la enamorada.
Es curioso cómo los guionistas decidieron de un día para otro separar los caminos de Daryl y Carol por completo. Algo que coincidió en tiempo con las noticias sobre las intenciones de que Dayl fuera gay. Una pareja cuyo romance no habría chirriado tanto como lo ha hecho Rick y Michonne. Una pareja que no sólo perdió las connotaciones sexuales, sino que perdieron todo tipo de complicidad.
UNA NUEVA COMUNIDAD
Carol y Maggie se convierten en el comodín que los Salvadores se guardan en la manga para las negociaciones con Rick. El cliffhanger final deja muchas puertas abiertas. La principal es la de cuánta gente componen a los Salvadores, si lo que hemos visto es sólo un puesto de vigilancia de la que podría ser la mayor comunidad hasta la fecha de la serie. Quedan dudas si el resto fueron conscientes del ataque casi desde el principio pero prefirieron sacrificar unas cuantas vidas para ahora tenerlos cual ratón en madriguera.
Sea como fuere, ésta es la segunda vez en lo que llevamos de mitad de temporada en la que Rick cree tener la sartén por le mango y se da cuenta de que es todo lo contrario. La otra vez fue con Jesús, cuando aparece en su cama (en la que yace con Michonne) tras haberse escapado de dónde le habían encerrado. Habrá que ver si siguen jugando con ellos dejando en evidencia sus capacidades.