[ NOTA: 11×01 – 8 | 11×02 – 7 ]
Qué buen arranque de la undécima (y última) temporada se ha marcado The Walking Dead, un capítulo doble lleno de acción, tensión, sangre y zombis que deja muchas promesas sobre la mesa. Un pistoletazo de salida que da a Maggie un protagonismo capaz de hacer que su personaje sea más interesante de lo que nunca fue. Su particular vendetta con Negan se ha materializado un un tira y afloja apasionante, donde lo bueno y lo malo se desdibuja constantemente. Y la Mancomunidad se presenta manteniendo en todo momento el misterio en alto, poniendo sobre la mesa tramas bastante rompedoras en este universo.
Quizá eso es lo más llamativo de dónde estamos en The Walking Dead. Si miramos atrás poco tiene que ver la serie que tenemos hoy con la serie que ha sido. Y lo digo con alegría. Por suerte hemos llegado a una serie muy coral y llena de acción que mira con superioridad a temporadas como la segunda, que incitaba a tirar el televisor por la ventana para acabar con el sufrimiento. Una serie que hoy no solo es diferente narrativamente, también lo es visualmente. Una serie que cuando se vio más débil en audiencia empezó a arriesgar y fue ahí donde encontró su mejor fórmula.
VIAJE EN METRO
Reconozco que nunca fui fan de Maggie, nunca me cayó bien, demasiado intensa. Pero desde su regreso a la serie me gusta más. Me he dado cuenta de que la echaba de menos. He muerto de amor con ese abrazo con Hershel (Glenn sí me caía bien). Es un personaje capaz de llenar el vacío que han dejado marchas como la de Rick o Michonne. Eso sí, tengo el corazón dividido en su enfrentamiento con Negan. Aunque él haya sido un grandísimo hijo de puta, no me convencen de que ha cambiado para ahora olvidarme de todo. La entiendo a ella y le entiendo a él. Lo que hizo Negan no se puede borrar y esa espina Maggie la va a llevar eternamente en su corazón. Pero Negan no es el que fue, igual que ella tampoco lo es, y este tira y afloja promete muy buenos momentos.
Me encanta lo bien construido que está este enfrentamiento. Cómo Negan, después de ser atacado y no ser ayudado, les dice que Maggie les lleva a una misión suicida y que entre sus propósitos está acabar con la vida de Negan. Recordemos que van de camino a Meridian donde Maggie estuvo el tiempo que no la vimos en la serie, un lugar que tuvieron que abandonar después de ser masacrados. Ahora pretenden recuperar el territorio y todos los suministros que dejaron atrás (y que tanto se necesitan en Alejandría). Por eso se meten en el metro, para acortar camino y huir de la tormenta.
Me encanta que la serie nos sorprenda explorando nuevas localizaciones que en once años no había explorado. Pero volvamos al túnel. La respuesta de Maggie a los reproches de Negan también es grandiosa. Por lo único por lo que no le ha matado aún es porque aún queda parte de la Maggie que fue antes de que perdiera a Glenn. Escuchas a uno y te pones de su lado, escuchas al otro y cambias de bando. Qué buen guion. Aunque los dos momentos más brutales han sido los dos cliffhangers. Negan no ayudando a Maggie y dejándola caer con los zombis y la primera imagen de los nuevos villanos. El primero nos deja con la cara desencajada pensando «No puede ser» y el segundo nos deja con miedo pensando «Contra estos no van a poder».
VOLVIENDO A LOS ORÍGENES
Qué buen momento cuando Daryl se separa del resto y entra en ese pequeño túnel en el que quedan todos los restos de los primeros supervivientes del Apocalipsis. Es muy efectivo echar la vista atrás para recordarnos la gravedad de esta tragedia, que después de once años hay muchas veces que se nos olvida. Además es un giro que da aún más empaque a una última temporada, intentando cerrar un círculo que empezó así, con gente que no sabía qué estaba ocurriendo y que se esposaba a su dinero como si algún día volvería a tener valor.
Visualmente toda esta trama es brutal. Se me ha quedado muy grabada la imagen de Daryl disparando a zombis dentro del metro mientras la cámara le sigue desde fuera pasando de una a otra ventana. Una pasada. O la muerte de Gage y su conversión en zombi mientras todos miran atónitos cuestionando la decisión de Maggie (ojo que puede que a día de hoy Negan y Maggie estén en un punto muy similar, el uno porque se ha suavizado y la otra porque se ha elevado su crueldad). Visualmente brutal también es la escena de los nuevos villanos, caminando en formación con todos los cadáveres colgados boca abajo en los arcenes de la carretera.
Y no me quiero olvidar de la escena inicial de la temporada, en ese almacén del que están sacando suministros. Creo que es la misión más orquestada y meticulosa que se ha visto nunca en The Walking Dead. Como si fuera el robo de un banco de una película estadounidense. Narrativa y visualmente es una pasada, una escena muy coral que sin darte cuenta te tiene en tensión máxima esperando que los zombis no se despierten. Esta es la nueva The Walking Dead a la que hacía referencia antes, que sabe lo que tiene que explotar y lo hace de maravilla. Con esto no quiero decir que no hayamos tenido tensión antes, pero si pensamos el ritmo, la acción y la tensión que tienen estos dos episodios supera sobradamente toda la que tuvimos en la segunda temporada, por ejemplo.
LAS PUERTAS DE LA MANCOMUNIDAD
Otra trama que están construyendo muy bien y que promete dar cosas nuevas. La Mancomunidad promete ser la comunidad menos postapocalíptica que hayamos visto hasta ahora, la más organizada, las más civilizada, la menos diferente a lo que fue la vida antes de la invasión zombi. La única pega que le pondría a esta trama son esos trajes a lo Star Wars que no me convencen nada, me sacan de la trama, pero el resto va de maravilla. El interrogatorio inicial que hacen a Eugene, Yumiko, Ezekiel y Princesa es buenísimo, cómo juegan además con el montaje y el ritmo de los planos intercalando respuestas de todos ellos. Una trama que juega en todo momento con el desconocimiento, el no saber dónde están ni qué va a ser de ellos.
Yumiko consigue un protagonismo (cuando descubre en el Muro de los Perdidos que su hermano está en la Mancomunidad y que la está buscando) que mantiene de maravilla. Princesa da un toque de excentricismo muy necesario en esta trama. Eugene el lado más cristalino y emocional. Y Ezekiel el más estratega. Me encanta cómo empastan estos cuatro personajes y lo bien que mantienen la trama. El último interrogatorio en solitario a Eugene es importantísimo para el desarrollo de su personaje, un hombre virgen que pone encima de la mesa todos sus miedos reconociendo que Stephanie es su gran esperanza.
Con estas confesiones he entendido a Eugene más que nunca hasta ahora y ha conseguido que me emocione aún más su encuentro con Stephanie. No sabemos qué pasará, pero al menos parece que no ha ido persiguiendo un sueño inexistente. Además, creo que esta trama es la mejor conectada con esos capítulos extra de la décima temporada. Es verdad que ‘Splinter’ (10×20) no era necesario, pero amplía el proceso al que la Mancomunidad somete a la gente nueva, es un preludio muy coherente de lo que hemos visto hoy. Prescindible, sí. Coherente, también. Disfrutable, mucho. A mí me encantó el juego de percepciones que hizo.
Un gran arranque para la última temporada de The Walking Dead. Perdonad que la review haya sido tan larga pero me parecía difícil hacer crítica de los episodios por separado siendo realmente dos partes de lo mismo.