‘Grantchester’ cuarta temporada: la última partida de Sidney

[ UK | 2014- | ITV | 4T, 6 capítulos de 45 min | NOTA: 7 ]

La cuarta temporada de ‘Grantchester’ ha sido la más difícil hasta la fecha. Decir adiós a Sidney Chambers y hacer que el espectador conecte con William Davenport no es tarea fácil. Pero pese a ello lo hacen de maravilla con una temporada que no se toma ni un respiro y que juega todas las cartas posibles para que los engranajes de la serie sigan funcionando por más tiempo. Y lo consiguen sin despeinarse.

Narrativamente la salida de Chambers es redonda, pese a que lo tengan que solucionar en solo dos episodios. Es verdad que te deja un regusto agridulce porque la serie no se diente todo lo que querías en profundizar en lo que le lleva a abandonar Grantchester. La trama podía haber dado para toda una temporada, pero aquí no marca el ritmo el guión, si no las agendas del reparto.

La llegada de William Davenport está pensada al milímetro y la presentación del personaje es muy efectiva. El personaje se presenta sin andarse con por las ramas, con tramas que le desnudan psicológicamente por completo para que podamos ver realmente cómo es el nuevo vicario. La historia de su padre no es casual, es la excusa perfecta para no solo conocerle a él, sino también para entender cómo ha llegado a ser como es, qué fantasmas se esconden en su pasado y qué valor tiene para él su vida de vicario en Grantchester.

La construcción del personaje de William Davenport es perfecta. Conserva todo el lado carismático de Chambers, siendo un hombre con principios, que no se muerde la lengua y con una cercanía abrumadora. Y sorprende con un lado más moderno y luchador que su predecesor, incansable, más descarado pero siempre respetuoso. Un gran hombre que promete darnos muy momentos, solo nos pide tiempo suficiente para conocerle. Esperemos que haya una quinta temporada. Aunque no se ha confirmado aún, parece que ITV está decidida a renovarla.

[Spoilers a partir de aquí]

EL ADIÓS DE SIDNEY

El arranque de temporada es trepidante, no te permite ni pestañear, pero las exigencias del guión no permiten dilación alguna: tienen que despedir a Sidney en tan solo dos capítulos. Pese a que la resolución sea apresurada la justificación está muy bien hecha. Lo ideal habría sido que hubiéramos tenido más tiempo para conocer a Violet, para habernos podido enamorar nosotros también de ella. Nos habría gustado rascar en ese “agotamiento vital” de Sidney para salir del pozo con él. Pero no había tiempo.

Alcohol y mujeres para dar sentido a su vida en un momento en el que siente que el mundo en el que vive no tiene lugar para él, que no hay salida. Y en ese momento aparece Violet, una mujer capaz de iluminar su oscuridad hasta el punto de que Sidney dedicada seguirla a Estados Unidos después de declararle su amor. Rápido, sí, pero bien justificado. Habría sido perfecto tener toda una temporada para desarrollar esta trama, pero es lo que hay.

Dos capítulos en los que se cuenta esto y más. Tenemos un caso policial en cada episodio y se cierra la relación de Sidney con Keating (maravilloso ese apretón de manos robado antes de la última partida), sin olvidarse de Leonard y compañía, incluso mostrándonos al sucesor de Sidney, y con una merecida referencia a Amanda para cerrar bien el círculo. Un guión de despedida perfecto al que le habría venido bien más tiempo, pero que pese a ello funciona perfectamente.

LA TRANSICIÓN

El tercer capítulo es raro, aunque narrativamente necesario. Es momento de sentir el vacío que ha dejado Sidney. Un vacío que no puede llenar ni siquiera Leonard. El guión busca que seamos conscientes de que cualquier vicario no vale como sustituto. Necesitamos tiempo para prepararnos para el cambio. Y qué mejor forma de prepararnos que mostrarnos la fórmula que no funciona. ‘Grantchester’ no podría seguir adelante con alguien como Leonard al frente. Por mucho que le queramos es un pan sin sal.

El guión nos muestra la tormenta para después, pasado más de la mitad del episodio, traernos el rayo de luz que va a solucionar todo: William Davenport. Seguimos mirándole con ojos escépticos, sí, pero solo con su chulesca aparición subido en la moto tenemos ganas de conocerle más. Hasta el siguiente episodio no nos le presentarán como es debido, pero ya han conseguido lo más importante: que el nuevo vicario nos cree curiosidad.

PRESENTADO AL NUEVO VICARIO

El cuarto capítulo es el más importante. Es en el que nos presentan a William en todas sus facetas. Y lo consigue gracias a un caso en el que la religión tenía que estar de por medio para que su primera investigación con Keating tuviera sentido de ser. Un caso que nos demuestra que Will no tiene pelos en la lengua y que tiene una noción del bien y el mal muy equilibrada. Que defiende con uñas y dientes lo que es justo. Que es capaz de enfrentarse cara a cara con un sospechoso y al rato romperse emocionado por lo que le sucede a los que le rodean.

El sermón del final del capítulo es su propia declaración de intenciones para el espectador. Es consciente de que aún no le conocemos, que aunque le llamemos Will todavía no es nuestro amigo, pero espera que con el tiempo lleguemos a serlo. Un nuevo vicario más chuleta que Sidney pero igual de carismático. Un vicario bebe en el bar y que también ha sufrido por las mujeres. Un vicario que aún tiene que conquistarnos, que aún tiene que crear un buen bromance con Keating, pero que por ahora ha se ha presentado de forma perfecta. Y las primeras impresiones son muy importantes.

UNA MUJER INDEPENDIENTE

La cuarta temporada de ‘Grantchester’ da un paso adelante en modernidad, sobre todo en lo que respecta a la mujer. Cathy muestra cómo la mujer empieza a defender sus derechos. Su personaje sale del calor de su familia para trabajar en unos grandes almacenes. Renuncia vivir solo del suelo de su marido para valerse por sí misma. Una andadura en la que encontrará problemas y que solucionará ella misma. La historia de Hobbs reflexiona sobre todos estos temas y, sobre todo, permite a Cathy resolver una situación de tamaño calibre por sí misma (bueno, con la ayuda de la Señora Chapman, una victoria de dos mujeres).

Es curioso ver cómo a Keating le cuesta de primeras aceptar que su mujer trabaje. O cómo intenta solucionar el problema de Hobbs por su cuenta. Pero Keating respeta todo lo que le pide su mujer. Acepta que Cathy trabaje pese a que económicamente no lo necesiten y acepta que sea ella la que solucione el problema con Hobbs. Keating refleja de ese cambio de mentalidad social, adaptándose a los nuevos tiempos (el traje nuevo que se compra al inicio de la temporada refleja esto también).

Sobre Alfredo L. Zamora

Alfredo L. Zamora
Periodista madrileño devorador de series de televisión. Las ficciones británicas son mi debilidad. Creador de #CienMegas. Hago reviews semanales de #TheWalkingDead.

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