‘Fear The Walking Dead’ 2×07: lo de siempre pasado por agua

Cuando se conoció la noticia de que AMC había dado luz verde a ‘Fear The Walking Dead’, casi todas las voces tenían claro una cosa: el formato tenía que ofrecer un producto diferente a ‘The Walking Dead’, si no caería en el olvido. Eso obvio que en el olvido no ha caído pero la serie no deja de perder espectadores cada semana. Debacle merecida, ya que esta temporada se ha guardado todos los cartuchos para los dos últimos episodios (2×06 y 2×07), dejando el resto narrativamente vacío (al final del post mis notas de cada capítulo). La serie sigue sin lograr que nos olvidemos de Rick y compañía.

Esta segunda temporada rompió moldes presentando una trama pasada por agua. ‘The Walking Dead’ nunca se había planteado la supervivencia en medio del océano, y eso que fans lo habían planteado tiempo ha. ‘Fear The Walking Dead’ ha dado nuevos escenarios que han brillado en muchas ocasiones más que la trama. México también ha funcionado de maravilla en la recta final (estupenda fotografía del 2×07). Nuevos envoltorios para un mundo que ya olía a rancio. Pero el problema de esta primera mitad de temporada no ha sido el envoltorio, sino el contenido. La serie sigue sin contar nada nuevo y, lo que es aún peor, cayendo en lo fácil.

EL VACÍO NARRATIVO

Si obviamos el pasado de Victor y lo que ocurre en tierra firme en los dos últimos capítulos, en la primera mitad de la segunda temporada de ‘Fear The Walking Dead’ no ocurre nada de nada. Aventuras procedimentales en distintas localizaciones que los lleva a situaciones absurdas para conseguir crear escenas de acción. Ese momento de Nicholas tropezando y cayendo a un hoyo es de traca (2×03). No pido que tengan la destreza o perspicacia de Michonne o Daryl, pero sí que las escenas de acción no se desencadenen por cosas ilógicas.

Por no hablar de esos villanos marinos que dan con nuestros chicos por culpa de la trama más incoherente que le han dado a Alicia nunca: esas conversaciones de radio sin sentido (2×01). Unos “villanos” que al final se quedan en aguas de borrajas con un líder no villano y unos súbditos que de mayor querrían ser villanos (2×04 y 2×05). Se están conformando con lo fácil, como le ocurre en muchas ocasiones a ‘The Walking Dead’.

Pero algo más han heredado de su serie madre: perder el tiempo les lleva a no desarrollar los personajes. Los únicos que se salvan de la quema son Victor Strand, Chris y Nick. El resto siguen en el mismo punto que en la primera temporada. Strand ha sido el protagonista casi exclusivo de esta primera mitad de temporada.

AMORES QUE MATAN

El único personaje con incógnitas, secretos y un papel clave para el futuro de la serie ha sido Strand. Descubrimos su pasado, sus poco ortodoxas decisiones y su vida amorosa (2×04). Un personaje homosexual que rompe los convencionalismos estereotipados por el cine y la televisión. Una historia de amor que da a Victor grandes momentos dramáticos (2×06) y que acaba marcando el destino de todo el grupo (2×07).

Es en México (2×06 y 2×07) donde los guionistas ponen toda la carne en el asador. Juegan a dar respuestas sobre el origen del virus, sobre lo que realmente son los zombis y sobre cómo hay que concebirlos. Es curioso que en la mid-season finale la palabra más repetida será la de “monstruo”, y no siempre referido a los zombis.

El personaje de Celia tiene una visión de los zombis que se aleja radicalmente de la de “muertos vivientes”. Por ello conserva, en el sótano de esa majestuosa mansión mexicana, a los zombis de sus personas allegadas. Sí, igual que El Gobernador con su hija en ‘The Walking Dead’.

CARA Y CRUZ DE SUPERVIVENCIA

Por su parte, a Chris la supervivencia le ha acabado superando. Temeroso de lo que puede llegar a ser capaz, se separa del grupo llevándose consigo a Travis. Un personaje prescindible que, pese a dar empaque a la trama de los dos últimos capítulos, podía ser una de las próximas muertes que no la lloraríamos. Quien no es prescindible y cada cosa que hace nubla al resto es Nick, que empieza a mimetizarse con el ambiente embadurnado de tripas zombis.

Por fin alguien que en el mundo zombi de Robert Kirkman hace uso del descubrimiento más útil para la supervivencia. Nick lo explota hasta tal punto que se siente más seguro entre los zombis que huyendo con su familia. Mucho tiene aún por dar Nick.

La primera mitad de temporada nos deja a un grupo dividido, con la duda sobre si el futuro vuelve a estar en el mar o seguirá en tierras mexicanas. Si quisieran aún podrían sacarle partido a los habitantes de la mansión. Esperemos que los capítulos que restan de la segunda temporada (la serie regresará el 21 de agosto) no concentren todo lo interesante en la season finale, porque si no estarían heredando uno de los peores hábitos de ‘The Walking Dead’.

Sobre Alfredo L. Zamora

Alfredo L. Zamora
Periodista madrileño devorador de series de televisión. Las ficciones británicas son mi debilidad. Creador de #CienMegas. Hago reviews semanales de #TheWalkingDead.

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